Existen
distintos tipos de tratamientos de acuerdo a las necesidades de cada persona ya
que cada uno es un ser diferente.
El Método
de Fundación Manantiales® es un tratamiento de avanzada y superador
del modelo Minessota basado en los doce pasos de Alcohólicos Anónimos (AA) y
Narcóticos Anónimos (NA).
Basicamente
es una síntesis de estos aportes, mas los desarrollos de Comunidades
Terapéuticas profesionales, las terapias cognitivas- conductuales, las
terapias grupales, el psicodrama, la terapia familiar sistémica, la PNL, el
análisis transaccional, la terapia gestáltica y los aportes de las
neurociencias y psiquiatría, fusionándolos y mejorándolos, lo que nos permite
obtener uno de los porcentaje de recuperación más alto de Latinoamérica.
Por eso, cada tratamiento es planeado tomando en cuenta estas necesidades y los recursos disponibles para cada caso.
Por eso, cada tratamiento es planeado tomando en cuenta estas necesidades y los recursos disponibles para cada caso.
Es
fundamental lograr un equilibrio entre el ambiente y los tipos de tratamientos,
y los problemas y necesidades particulares de cada individuo. De este modo,
será posible para cada persona que viene en busca de ayuda tener éxito y
regresar a funcionar productivamente en la familia, el trabajo y la sociedad.
Las dificultades que se pueden
presentar en la recuperación son:
·
Abandono prematuro del tratamiento.
·
Recaídas
·
Pensamientos desde un esquema de la soberbia
alcohólica, de pensar que uno ya está curado
Los
tratamientos además de la terapia de grupos con pares y dirigidas por
alcohólicos recuperados, incluyen interconsultas medicas, psiquiátricas y
diversas técnicas de probada eficacia como:
Las
dificultades que se pueden presentar en la asignación adecuada de las
diferentes técnicas son:
-
Abandono prematuro del tratamiento.
Heterogeneidad de la población alcohólica en función de cuatro tipos de
variables: sociodemográficas, dependencia del alcohol, de personalidad y
psicopatológicas.
TERAPIAS
COGNITIVAS
Fundamentos
teóricos: Mantiene una concepción psicológica basada en los procesos mentales
(el razonamiento, la memoria y la atención) y desde un punto de vista
intrapsíquico. Se utiliza para tratar distintas alteraciones psiquiátricas como
la ansiedad, la depresión y las fobias.
Objetivos: Modificar las creencias y pensamientos erróneos que
los pacientes alcohólicos poseen acerca del consumo de alcohol.
Dependencia
Psíquica: La persona siente una urgente necesidad de
consumir drogas y, de no conseguirla, experimenta un malestar y una caída
emocional. Las sensaciones que obtiene al consumir lo llevan a buscar
nuevamente las drogas.
Desarrollo:Generalmente
se realizan entre 15-20 sesiones estructuradas, es decir, que tienen un método
definido para lograr los objetivos. El proceso psicoterapéutico experimentado
por el paciente depende de las necesidades reconocidas por el psicoterapeuta y
la metodología. Los tipos de psicoterapias cognitivas más reconocidos son:
·
La terapia de Beck, centrada en los pensamientos
negativos automáticos.
·
La terapia
de Ellis, centrada en los pensamientos irracionales.
·
La terapia de Beck, centrada en los pensamientos
negativos automáticos.
·
La terapia de Illis, centrada en los pensamientos
irracionales.
Resultados: Diversos
estudios comprobaron que en determinados grupos de pacientes sometidos a esta
técnica se puede observar una mejoría, y es especialmente útil para aquellos
pacientes que presentan depresiones, fobias o ansiedad.
TERAPIAS
COGNITIVO-CONDUCTUALES
También
se las denomina “terapias de amplio espectro”. Están destinadas a mejorar las
habilidades cognitivas y de conducta para cambiar el consumo de alcohol y
mantener la abstinencia. En otras palabras, ayuda a los pacientes a reconocer
las situaciones de consumo, evitarlas y enfrentarse a ellas. Es una estrategia
terapéutica estructurada, orientada hacia objetivos concretos, y centrada en
los problemas inmediatos. Sin embargo, es flexible y adaptable a las
necesidades individuales de cada paciente y es compatible con cualquier otro
tipo de intervención terapéutica.
Fundamentos teóricos: El alcoholismo es resultado de un proceso de aprendizaje mal adaptado y el objetivo es corregir dicha conducta y reemplazarla por otras más adaptadas. En los últimos 15 años, han aparecido diversas técnicas que varían en duración, contenido, espacio, etc; pero todas utilizan los mismos componentes:
Análisis funcional: se trata de identificar los pensamientos,
sentimientos, circunstancias y estímulos externos relacionados con el consumo
de alcohol que facilitan el mantenimiento de la enfermedad o inducen a recaídas
en el futuro.
Dependencia
Psíquica: La persona siente una urgente necesidad de
consumir drogas y, de no conseguirla, experimenta un malestar y una caída
emocional. Las sensaciones que obtiene al consumir lo llevan a buscar nuevamente
las drogas.
Entrenamiento
en habilidades: se enseña, mediante entrenamiento, hábitos más
sanos y estrategias de enfrentamiento a los problemas cotidianos de la vida que
pueden haber olvidado o nunca aprendido. Al principio, el aprendizaje está destinado
a controlar el consumo de alcohol; posteriormente, el entrenamiento se centra
en conseguir habilidades interpersonales e intrapersonales.
Objetivos:
Aprender
habilidades para mantener la abstinencia.
Identificar
las situaciones de alto riesgo o factores precipitantes, tanto internos como
externos.
Fomentar
el manejo de situaciones dolorosas.
Mejorar
el funcionamiento interpersonal.
Cambiar
los refuerzos contingentes.
Desarrollo: Es una terapia breve, pues consta de 12
sesiones (de una hora), en las cuales el terapeuta participa muy activamente.
El desarrollo de cada sesión está estructurado claramente. Al inicio de cada
sesión, se realiza una revisión de las tareas realizadas en casa y una
valoración del estado actual; después se pasa a la explicación y desarrollo de
un tema (hay temas cuyo desarrollo es obligatorio y otros son de libre elección
del paciente). En última instancia se realiza el aprendizaje de habilidades
mediante la escenificación de determinadas situaciones.
Resultados: Diferentes
estudios han señalado que las personas sometidas a este tratamiento presentan
una evolución positiva. Si se compara esta técnica con otras su efectividad es
similar o mayor a ellas. Además, esta efectividad se incrementa cuando se añade
a otros tratamientos. Es muy útil en determinados grupos de pacientes como
personas con trastorno antisocial de la personalidad o con trastornos
psicopatológicos asociados, y en pacientes con pocos síntomas de dependencia,
así como también en situaciones de riesgo de recaída.
TERAPIAS
MOTIVACIONALES
Son
intervenciones sistematizadas destinadas a provocar un cambio en los pacientes
con problemas de alcohol. Están basadas en los principios de la psicología
motivacional, es decir, en que las personas sólo cambian si tienen suficiente
motivación (tanto interna como externa) y, en el modelo transteórico del cambio
de Prochaska y Di Clemente, según el cual la persona pasa por diferentes fases
hasta alcanzar el cambio. Los elementos comunes que componen las terapias
motivacionales son:
Feedback: mostrar los resultados y ponerlos en relación con el consumo de alcohol, o bien reafirmar la favorable evolución.
Responsabilidad: mostrar
que es el paciente quien tiene que tomar la decisión de cambiar y elegir las
posibilidades de intervención para evitar el abandono.
Advertencia: señalar
las razones para el cambio y recomendar cómo hacerlo.
Posibilidades: ofrecer
varias alternativas para conseguir la abstinencia.
Empatía: dar
apoyo, atención, simpatía; todo lo contrario de confrontación, suspicacia y
actitud directiva.
Auto-eficacia: mostrar
optimismo sobre las posibilidades del cambio.
INTERVENCIONES
BREVES
Un problema muy frecuente entre las personas que presentan problemas derivados del consumo excesivo de alcohol es el bajo porcentaje de estos que acude a un servicio solicitando ayuda. Una solución a estas dificultades es la intervención en atención primaria.
Se
realizan entre 1 y 4 sesiones de 30-60 minutos. La intervención breve se inicia
con una evaluación global del paciente y del consumo de alcohol mediante una
entrevista estructurada, cuestionarios, y pruebas biológicas. Luego, se
presentan los hallazgos de la evaluación de una manera neutra, objetiva,
clarificando los hallazgos y solicitando opinión o parecer al paciente.
Posteriormente, se da consejo respecto del consumo de alcohol o se pacta con el
paciente el nivel de consumo. Se suele dar material de apoyo acerca de la
enfermedad y sus consecuencias.
PREVENCIÓN
DE RECAÍDAS
Fundamentos teóricos: Se sostiene que la recaída es un proceso transitorio en la evolución de la enfermedad, no un fracaso terapéutico, y empieza bastante antes de reiniciar el consumo de alcohol. Un aspecto central de este modelo son los factores de riesgo que pueden precipitar una recaída, y las respuestas que el sujeto da a estos factores. Las personas con respuestas ineficaces a estas situaciones experimentarán falta de confianza que, junto con las expectativas positivas por el consumo de alcohol, pueden provocar el mismo consumo generando sentimientos de culpa, que con el efecto positivo del alcohol le inducirá a seguir bebiendo.
LOS FACTORES DE RIESGO SE DIVIDEN EN DOS CLASES:
Determinantes
inmediatos: situaciones de alto riesgo (como estados
emocionales negativos) que pueden ser causados por percepciones intrapersonales
ante ciertas situaciones, o, como respuestas al ambiente; situaciones de
conflicto interpersonal; situaciones de presión social y estados afectivos
positivos (celebraciones). Después sucede el desliz (consumo ocasional de
alcohol), que puede no conducir a una recaída, pero es un riesgo muy grande.
Frecuentemente, después del desliz suelen aparecer sentimientos de culpa, que
junto a las expectativas positivas del alcohol, conllevan nuevamente al consumo
y finaliza en la recaída. Las personas que atribuyen el desliz a un fracaso
personal experimentan ansiedad, depresión, sentimientos de culpa que les puede
inducir al consumo de alcohol, pero pueden llegar a pensar que de los errores
se aprende. En cambio, las personas que atribuyen el desliz a una incapacidad
de controlarse recaen con más frecuencia.
Antecedentes
ocultos: como el estilo de vida que lleva el paciente
o el nivel de estrés al que está sometido, que pueden conducir a que el sujeto
se ponga en situación de riesgo. También determinados factores cognitivos como
racionalización, negación y deseo de gratificación inmediata, que pueden
provocar mayor vulnerabilidad ante el alcohol.
Relación
sin límites, abusiva, invasiva
Objetivos:
Prevenir
y anticipar las recaídas.
Manejar
adecuadamente una recaída de manera que las consecuencias adversas sean mínimas
y sacar provecho de la experiencia.
Buscar
un estilo de vida equilibrado y reducir los peligros que afectan a la salud.
Desarrollo: Es una técnica breve, muy estructurada, con un
desarrollo de cada sesión perfectamente establecido y muy similar a la técnica
anterior. Se asignan tareas para realizar en casa y se realiza la
escenificación de diferentes situaciones de riesgo. Hay dos fases; primero se
analizan las situaciones de riesgo actuales y/o futuras, y luego, se aprenden
habilidades para enfrentarse mejor a esas situaciones. Las estrategias que se
utilizan son variadas, pero todas persiguen aprender habilidades de
enfrentamiento, conseguir una reestructuración cognitiva y buscar un equilibrio
en el estilo de vida del paciente.
Resultados: Los
estudios realizados hasta la fecha han comprobado su eficacia tanto en la
reducción del número de recaídas como en su intensidad. De todos modos, la tasa
de pacientes abstinentes es similar a otro tipo de terapias, aunque el número
de días de consumo de alcohol está reducido y la evolución mejora si se añaden
psicofármacos u otras modalidades terapéuticas.
TERAPIA
DE PAREJA/FAMILIA
Fundamentos teóricos: Es común comprobar que la dependencia del alcohol provoca conflictos de pareja y situaciones familiares complicadas como discusiones, aparición de celos, separación, divorcio, violencia y agresividad. Por otra parte la familia juega un papel importante en el inicio y mantenimiento de esta enfermedad. Las relaciones deterioradas de pareja pueden mantener el consumo de alcohol, pues éste puede tener funciones adaptativas (como facilitar la expresión de sentimientos o el contacto interpersonal). En la abstinencia, los conflictos pueden persistir y pueden precipitar una recaída.
Actualmente,
el modelo teórico de abordaje de la familia que predomina es el modelo
sistémico que pone el énfasis en las interacciones familiares conocido como
“Familia Alcohólica”. La conducta alcohólica puede tener dos funciones: la
señal de alarma de un mal funcionamiento familiar y puede tener una función organizadora
del sistema familiar y favorecer el mantenimiento del mismo como unidad. Ambos
factores pueden suponer una dificultad añadida para la extinción de la conducta
alcohólica. A corto plazo, el consumo de alcohol puede tener una función
adaptadora en la familia que refuerza el mantenimiento de esa conducta.
Posteriormente, el consumo de alcohol, probablemente con matices de dependencia
alcohólica, se integra en el sistema familiar afectando a los rituales,
solución de problemas y otras conductas específicas de la familia. En este
momento, la familia busca y pone en marcha mecanismos de afrontamiento que
comprometen su propio crecimiento y desarrollo.
Objetivos:
Eliminar
o reducir el consumo de alcohol y apoyar los esfuerzos que el paciente hace
para cambiar, para lo cual es necesario cambiar los patrones (pasados o
futuros) de interacción relacionados con el alcohol.
Mejorar
y modificar el sistema familiar, recuperar relaciones sociales y resolver
conflictos.
Mantener
la abstinencia.
Desarrollo:
Después
de unas sesiones de valoración, tanto de la dependencia como de las relaciones
matrimoniales, y en las que pueden surgir algunos inconvenientes (como acudir a
la sesión bajo los efectos del alcohol, riesgo de violencia o situación de
crisis familiar), comienza la terapia que se desarrolla a lo largo de 10-20
sesiones perfectamente estructuradas. Las primeras sesiones se centran en la
reducción y abstinencia del alcohol mediante el establecimiento de un
compromiso, en el que se especifican las tareas que cada miembro de la
pareja/familia debe realizar y la posibilidad de tomar aversivos del alcohol
bajo la supervisión de la familia. Una vez conseguida la abstinencia, las
sesiones se centran en las relaciones matrimoniales, marcadas por el
resentimiento y miedo al futuro del cónyuge, y culpa y deseo de reconocimiento
en el paciente, que pueden ocasionar tensión. Para ello, es necesario
incrementar los intercambios positivos (realizar actividades pensando en la
otra persona, planificar actividades recreativas conjuntamente, introducir
objetos y acontecimientos de significado especial para la pareja) y resolver
los conflictos mediante el entrenamiento en habilidades de comunicación,
resolución de problemas y cambios de conducta.
Resultados:
Múltiples
estudios señalan que es positiva la participación de la familia en el
tratamiento del alcoholismo: hay un mejor cumplimiento terapéutico, la
evolución es más favorable y, en el seguimiento, las familias “abstinentes”
funcionan mejor que las familias de los pacientes alcohólicos que han recaído.
GRUPOS
DE AUTOAYUDA
Fundamentos teóricos: La dependencia del alcohol es una enfermedad con componentes emocionales y físicos que puede ser detenida, pero no curada totalmente.
Objetivos:
Conseguir la abstinencia aceptando que es una enfermedad crónica y progresiva,
que las personas poseen una incapacidad para controlar el consumo de alcohol y
que la abstinencia absoluta es la única alternativa. Para ello es necesario
saber que se necesita la ayuda de un poder superior.
Desarrollo:
Todos los grupos de autoayuda surgen cuando uno o varios pacientes con
dependencia del alcohol encontraron que los recursos existentes eran
inadecuados a sus necesidades. Todos organizan reuniones con diferentes modelos
o formatos; el desarrollo y dirección de la reunión varía ampliamente entre los
diferentes grupos. Una parte muy importante de los grupos es la ayuda del
compañero o padrino; veterano que ayuda y comparte su experiencia con las
personas más noveles.
Resultados:
En un estudio comparativo entre terapia de grupo de alcohólicos anónimos,
terapia cognitiva y terapia motivacional, durante tres años de seguimiento, los
pacientes de los tres grupos experimentaron mejoría de su enfermedad, pero los
que acudían a grupos de autoayuda estaban más comprometidos con el tratamiento
de su enfermedad.
TERAPIA
DE GRUPO
Para muchos autores, la terapia de grupo es el método de elección en el tratamiento del alcoholismo. Sin embargo, no existe una técnica específicamente diseñada para el tratamiento de esta enfermedad; más bien existen múltiples orientaciones teóricas. Hay terapias de grupo de orientación dinámica, psicodrama, terapia emocional correctiva de Ellis, cognitiva-conductual (muchas de las técnicas explicadas anteriormente pueden realizarse en grupo) y grupos de discusión.
La terapia de grupo puede ser una experiencia de apoyo, terapéutica y educativa, que puede motivar y mantener a los pacientes en abstinencia. Los factores terapéuticos que intervienen son: identificación, comprensión de la influencia que el consumo de alcohol tiene en su vida, comprensión de sus reacciones y de los demás y aprendizaje en la comunicación de sentimientos.
ESTRATEGIAS
DE REDUCCIÓN DEL CONSUMO
El
objetivo de las técnicas psicológicas, descritas anteriormente, es la
abstinencia del alcohol. Algunos pacientes que no reúnen criterios de
dependencia, aunque presentan alguno o varios problemas derivados de su
consumo, no se han planteado abandonar el consumo de alcohol por lo que es
conveniente emplear otro tipo de estrategias como control y reducción del
consumo. En estos casos se han empelado diversas estrategias psicológicas como:
Objetivos:
Monitorización
del consumo de alcohol: consiste en el registro del número de unidades de
alcohol consumidas en cada ocasión, junto con el cálculo del total semanal. Hay
que señalar la duración del período de consumo, así como otras circunstancias
como situaciones en las que éste se realizó, compañías, consecuencias y si
utilizó alguna estrategia de reducción del consumo.
Establecer
objetivos específicos para reducir el consumo: Aunque los objetivos los debe
poner el paciente, puede ser útil dar orientaciones como:
- Número máximo de unidades por semana.
- Número de días de abstinencia a la semana.
- No consumir en situaciones de alto riesgo.
- Frecuencia del consumo en cada unidad de tiempo.
- Reducir o cambiar el tipo de bebida.
Utilizar
técnicas cognitivo-conductuales para aprender a responder de forma diferente en
situaciones de riesgo y modificar el consumo.
Fuente: http://www.manantiales.org.uy/alcoholismo_tratamientos.php
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