jueves, 15 de marzo de 2012

PERSONALIDAD Y SU DESARROLLO DESDE UN PUNTO BIOPSICOSOCIAL

PERSONALIDAD Y SU DESARROLLO DESDE UN PUNTO BIOPSICOSOCIAL

Los seres humanos en cualquiera de los campos de actividad ponen de manifiesto un conjunto de características afectivas, intelectivas, actitudinales motivacionales y comportamentales que la definen como persona única e irrepetible lo cual se identifica como personalidad. Por tanto, la personalidad se pone de manifiesto en todo lo que las personas piensan, dicen o hace.
La personalidad, resulta ser la máxima expresión de las cualidades psicológicas humanas que sale a relucir a cada paso y en cada momento de la vida.
Respecto a cuál es su origen o cómo surge o se construye, cada corriente psicológica plantea sus propias teorías. Para algunas teorías, está gobernada por el inconsciente (teoría psicoanalítica); según otras, está definida por aspectos genéticos y hereditarioas, es decir por aspectos biológicos (teoría biogenetica). Para otras, no viene preestablecido ni preformado; se construye a lo largo de la vida (Teoria histórico cultural).
Sin embargo de la trascendencia de asumir un punto de partida teórico para el análisis de esta estructura psicológica humana, lo más importante radica en el papel que cumple en la vida del ser humano, al punto de marcar la diferencia con los animales.

Definiciones
Dentro de la psicología un tema que despierta cada vez mayor interés es el de la personalidad. Existen trabajos bbliograficos como grandes teorías de la personalidad de Calvin, S y Gardner, L, (1975), que pretenden dar una visión panorámica de todas las teorías existentes; por mencionar una pocas:
La teoría Biosocial de la personalidad de Murphy, según la cual los componentes básicos de la personalidad son: as disposiciones fisiológicas, cuyo sustento es genético y embriológico; las canalizaciones que se forman al comienzo de la vida; las respuestas condicionadas arraigadas mediante el constante refuerzo, los hámbitos cognitivos y perceptivos., componente que si bien no son resistentes al cambio muestran una relativa constancia lo que sumado a un ambiente relativamente estable le dan continuidad a la personalidad.    
Otra visión es la de la Teoría Histórico cultural dentro de la cual, los trabajos sobre Personalidad realizados por los cubanos Fernando Gonzales Rey y Albertina Mitjans, en 1993 quienes reconocen como positiva la propuesta de Maslow y Rogers en el hecho de que “más que definir a la personalidad ponen énfasis en la comprensión del ser humano como un ser activo, complejo y orientado a la auto realización ” y en la regulación psicológica que proviene de la personalidad, cuyo elemento esencial radica en las motivaciones.
Gonzales y Mitjans definen a la personalidad como una “configuración sistémica de los principales contenidos y operaciones que caracterizan las funciones reguladoras y auto reguladoras del sujeto manifestadas en situaciones concretas mediante decisiones personales”
Para esta teoría, la conciencia, que permite al ser humano trascender lo presente y prienta su vida hacia metas futuras lo que implica elaboración de motivaciones, es un elemento regulador de la personalidad la que luego asume un nivel regulador más complejo de la actividad humana. Asi la personalidad se convierte en la expresión superior de la subjetividad humana.
PARA EL ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD PARE DE CUATRO PREMISAS:
Su naturaleza socio histórica
Su condición de cualidad que puede ser analizada pero de manera alguna es innata ni viene predeterminada.
Cualidad que dispone de una función reguladora que es la conciencia y la participación de elementos dinámicos como el temperamento y el carácter.
PARTICULARIDADES PSICOLÓGICAS DE LA PERSONALIDAD DESDE LA VISIÓN HISTÓRICO CULTURAL

Dentro de esta teoría un aspecto interesante radica en el hecho de que considera que la personalidad se construye, al igual que todos los aspectos de la psicología humana a través de la actividad en vinculo con las necesidades especificas según la etapa del desarrollo. (Actividades orientadoras).
Para esta teoría es en definitiva, una mega construcción subjetiva en permanente  modificación y perfeccionamiento a la que se integran todas las funciones psíquicas de manera sistémica: cognitivas, volitivas, afectivas por lo que quien piensa percibe, piensa, siente y decide es la personalidad.
Estructura de la personalidad:
Los estudios de la personalidad desde la teoría histórico cultural reconocen la existencia de elementos estructurales, funcionales y dinamicos.
A manera de recapitulación de la ya estudiado, los aspectos estructurales comprenden tres niveles:
I Nivel: unidades psicológicas primarias, relativamente estables y parciales:
Motivos objetales y circunstanciales, normas, actitudes y rasgos. En este nivel predomina lo afectivo sobre lo cognitivo.
II Nivel: Estructuras motivacionales complejas. Predomina lo cognitivo y comprende:
Intenciones profesionales que reflejan el más alto nivel motivacional
Ideales y valores morales.
Autovaloración y autoestima como parte de la conciencia personal
III Nivel: Denominado síntesis reguladora. Este nivel expresa la forma cómo interactúan los aspectos funcionales y estructurales de las personalidad. Los diferentes elementos estructurales y funcionales de la personalidad se integran en diferentes configuraciones.
Por ejemplo, una configuración sería la relación entre autovaloración, sistema de motivaciones y fijación  de metas de largo alcance o capacidad de esfuerzo volitivo, autoestima y metas de largo alcance o capacidad de anticipación
Se reconocen dos niveles de regulación:
El primero: consciente volitivo, en el que los indicadores estructurales y funcinales se expresan en valores positivos.
El segundo, de normas y estereotipos, los indicadores se expresan en el extremo negativo, un pobre o débil desarrollo de los mismos.
Aspectos funcionales: se refiere al “como ” operan dentro de la personalidad los diferentes contenidos y cómo orientan comportamiento. Se identifican cinco indicadores:
1.  Flexibilidad – Rigidez: Capacidad para modificar pensamientos, sentimientos y adecuar el comportamiento al cambio de circunstancias: de actuar con objetividad.
2. Capacidad de fijarse metas de largo alcance que orientan la actividad presente.
3. Capacidad de utilizar la reflexión y la crítica, en la solución de problemas; utilizar la razón por sobre los sentimientos y emociones.
4. Capacidad para encontrar solución adecuado a los problemas
5. Capacidad de ejercer fuerza de voluntad sobre acciones y decisiones.
Los aspectos dinamicos hacen referencia a dos elementos de la personalidad: temperamento y carácter los cuales imprimen características peculiares en la forma de ser y actuar de los seres humanos


LA UNIDAD DE LO BIOLÓGICO, LO PSICOLÓGICO Y LO SOCIAL-HISTÓRICO-CULTURAL EN LA COMPRENSIÓN DE LA PERSONALIDAD

El hombre es un ser Biopsicosocial, es una definición innegable de la composición humana, somos una unidad biológica porque tenemos un organismo físico en funcionamiento que es la base de las funciones psicológicas, además el hombre es una unidad social porque interactúa en sociedad, convive con otros seres humanos que modifican su forma de sentir y pensar.
La característica principal de la personalidad es la individualidad siendo lo físico un factor determinante en la individualidad como también el aspecto social en la diferenciación de la personalidad. Finalmente la motivación es un rasgo importante para establecer la estructura individual de la personalidad.

Aspecto Biológico

Tiene su origen en la información genética y es un factor determinante en la configuración individual. Teniendo cada individuo una combinación de información genética única e irrepetible.

Aspecto Social

Este condiciona nuestra personalidad. El idioma, la cultura y las costumbres son rasgos que nos permiten establecer diferencias entre nosotros. Lo social influye en nosotros a través del aprendizaje (socialización). Por esto se podría decir que existe un aspecto social en la identidad personal. Un ejemplo de esto es el desarrollo de los niños con poca estimulación social que como consecuencia tiene un resultado desastroso y como consecuencia estos son socialmente perturbados y manifiestan un retardo en el lenguaje y en el desarrollo intelectual.

Aspecto Individual

Los psicólogos consideran cómo característica de la personalidad la motivación. Describiendo las necesidades del individuo podemos describir la personalidad, resumiendo que “somos los que necesitamos”. Por esto si estar con una persona es una necesidad nos categorisamos como amigables, extrovertidos y gregarios.

La base de las funciones y los procesos psicológicos están en el cerebro, que es una computadora fabulosa que comanda las funciones de nuestro cuerpo y mente. Nuestro cuerpo mediante un sistema interno y externo de comunicación comandado por el sistema nervioso es capaz de comunicarse interna y externamente.

Existe estrecha relación entre lo Biológico, lo psicológico y lo social, influyendo el uno en el otro por lo cual estos tres componentes deben mantener un equilibrio.

 Cuando se producen las manifestaciones psicológicas, el cuerpo segrega sustancias químicas,

Lo psíquico influye en lo corporal:
 En el rostro de cada persona se revela el estado anímico que vivencia en un determinado momento: alegría, tristeza, cólera, curiosidad, reflexión
 Las desavenencias, estados de ánimo irritables, tensión constante, estés , ansiedad, ocasiona trastornos gástricos, úlceras, asma, dificultades en la presión arterial, alergias, dificultades en el hígado
La neurona tiene el maravilloso poder de transformar en mente, conciencia, el aspecto biológico influye sobre lo psíquico:
 Una enfermedad determina cambios en el estado de ánimo (pesimismo, malhumor, irritabilidad, etc.) disminuye para trabajar mentalmente
 Lesiones cerebrales ocasiona perturbaciones en el lenguaje, percepción visual, auditiva u otras funciones
 Las secreciones o trastornos glandulares provocan irritabilidad, depresión
 Un cuerpo saludable manifiesta un estado de ánimo positivo

El Sistema Nervioso relaciona el cuerpo con el medio ambiente, formando en el cerebro una red compleja donde se organiza, orienta y almacena una vasta cantidad de información.

El cerebro está dividido en dos hemisferios, también relacionados entre sí sin embargo se ha determinando que cada uno cumple funciones específicas:
 Hemisferios izquierdo: Verbal, pensamiento convergente, concluyente, hemisferio de la intelectualidad, cognoscitivo, calificaciones emocionales, identifica
 Hemisferio Derecho: Es No verbal, pensamiento divergente, analítico, el hemisferio de la creatividad, hemisferio artístico, tacto relaciona la información con lo que ve.

La concepción de la personalidad en la psicología histórico cultural.

El objetivo esencial de la educación en cualquier país, independientemente del régimen socioeconómico de que se trate, es la formación de la personalidad de sus ciudadanos, en particular de las generaciones más jóvenes. Se trata de preparar a las personas desde las más tempranas edades no solo para vivir en esa sociedad sino también para perpetuarla y contribuir a su desarrollo.
Por supuesto, no todas las sociedades tienen las mismas aspiraciones en relación con las particularidades de personalidad que desearían desarrollar en sus miembros. En cada caso se ha ido elaborando un modelo particular del tipo de hombre que desean formar en correspondencia con las necesidades, posibilidades, aspiraciones, tradiciones socio-culturales e históricas propias, lo cual no niega la existencia de rasgos comunes que se relacionan con ciertos valores humanistas que se consideran universales.

La comprensión de la personalidad en la psicología histórico cultural.
En la psicología histórico cultural se reconoce la complejidad de la categoría personalidad y la necesidad de su estudio multidisciplinario, ciencias tales como la filosofía, la estética, las ciencias jurídicas, la sociología, la pedagogía y la psicología, entre otras ciencias sociales se ocupan de su investigación.
Se observan dos tendencias complementarias en el estudio multilateral de la personalidad, por una parte, el intento de integrar los resultados que se obtienen por las diferentes ciencias en un sistema único donde se considera la personalidad como objeto general de estas ciencias diversas; y, por otra parte, la tendencia a delimitar con mayor precisión los aspectos específicos que debe abordar cada ciencia, o sea definir el objeto particular de investigación de cada ciencia en cuestión tomando la personalidad como objeto general.

La comprensión de la personalidad en la psicología histórico cultural se relaciona y fundamenta en otras importantes categorías psicológicas que han sido reelaboradas en los marcos de esta concepción psicológica: psiquis, conciencia, actividad, comunicación, entre las más importante.

La introducción del concepto de personalidad en la psicología, significa ante todo que en la explicación de los fenómenos psíquicos se parte del hombre como ser material en sus correlaciones con el mundo. Todos los fenómenos psíquicos, en sus interconexiones, pertenecen a un hombre concreto, vivo actuante, dependen y se derivan del ser natural y social del hombre y de las leyes que lo determinan.

(Rubinstein, 1965, p. 161-162)
S. L. Rubinstein enunció así el enfoque personológico: todos los procesos, propiedades y estados psíquicos sólo pueden ser analizados en el contexto de la personalidad; todos los fenómenos psíquicos pertenecen a un individuo concreto, están determinados por su ser social e individual.

Al hacer referencia a la comprensión de la personalidad en esta concepción psicológica pudiera esperarse erróneamente que los autores que se adscriben a ella sostuvieran criterios monolíticos en relación con la mencionada categoría. El estudio de la personalidad se ha realizado desde diferentes ángulos en los marcos de la psicología histórico cultural encontrándose variadas interpretaciones que, a nuestro juicio, han enriquecido notablemente la investigación psicológica y han constituido fuente importante para la elaboración de fundamentos comunes para la comprensión general de la personalidad en esta orientación psicológica.

La unidad en las posiciones de estos autores se fundamenta en que parten de una base metodológica común (la filosofía marxista-leninista) que, conjuntamente con los resultados de las investigaciones, ha contribuido a la elaboración de los principios esenciales de la psicología histórico cultural que al aplicarse al estudio de la personalidad permiten distinguir determinados aspectos generales o criterios metodológicos, en la comprensión de la personalidad que resultan típicos de la concepción psicológica que nos ocupa. Resulta necesario insistir en que no se trata todavía de una teoría universal de la personalidad (Shorojova,1985, p. 28)

La comprensión general de la personalidad en la psicología histórico cultural se fundamenta en el reconocimiento de un conjunto de criterios esenciales. Debe señalarse que al respecto pueden encontrarse diferentes interpretaciones y matices, e incluso, autores que no hacen referencia explícita a cada uno de estos criterios o que enfatizan en sus teorías sólo algunos de ellos, pero de un modo u otro, en su conjunto, los asumen y constituyen postulados básicos de sus estudios.

En nuestra opinión la concepción general de la personalidad en la psicología histórico cultural reconoce:

- El carácter sociohistórico de la personalidad.
- Su carácter activo y transformador.
- La unidad de lo biológico y lo social en la personalidad.
- La importancia de la actividad y la comunicación en el proceso de formación y desarrollo de la personalidad.
- Determinadas características generales de la personalidad: individualidad, integridad, estabilidad, estructura.
- La unidad de lo afectivo y lo cognitivo.
- La función reguladora de la personalidad.

Los aspectos señalados conforman una unidad, permiten en sus interrelaciones mutuas la comprensión dialéctico materialista de un fenómeno tan complejo como es la personalidad, por eso su enumeración responde sólo a fines didácticos pero una explicación más rigurosa exige un análisis de conjunto de los criterios dados.
El carácter sociohistórico de la personalidad es un postulado básico. La personalidad se concibe, tanto desde el punto de vista filogenético como ontogenético, como un producto del desarrollo del hombre en condiciones sociales e históricas concretas. Cada hombre vive en determinada sociedad, pertenece a una clase, participa en diferentes grupos sociales (familiar, escolar, laboral, de amigos y otros) en interacción con los cuales asimila puntos de vistas, costumbres, valores, conocimientos, etc. que influyen en el proceso de desarrollo y formación de la personalidad que transcurre durante toda la vida del individuo. Para algunos autores la definición misma de personalidad está determinada por su carácter sociohistórico. Según B. P. Ananiev la personalidad es el hombre como sujeto y objeto del proceso histórico-social, es el sujeto de la conducta social y de la comunicación.

Los vínculos entre la personalidad y la sociedad son estrechos y mutuos. La personalidad no es un producto pasivo de las condiciones y relaciones sociales; es el ser activo de estas relaciones, las cuales realiza, desarrolla y transforma en su actividad. Las relaciones sociales no existen como algo externo a la personalidad, estas determinan la personalidad en la medida en que ella participa activamente en la vida social. La personalidad se caracteriza por su actividad creadora, transformadora.
La personalidad se forma, se desarrolla y se manifiesta en la actividad, al mismo tiempo que constituye el nivel regulador de la actividad; es por ello precisamente que la actividad, la interrelación de todos sus tipos, constituye la vía fundamental para el estudio y formación de la personalidad. Al mismo tiempo se reconoce el importante papel de la comunicación en este proceso, el individuo deviene personalidad sólo cuando obra como sujeto de las relaciones sociales lo que implica intercambio e interacción con otras personas y, consecuentemente, influencias mutuas.
A. N Leontiev también destaca la esencia sociohistórica de la personalidad. En su comprensión de la personalidad el concepto de actividad resulta clave. La actividad del hombre es un sistema comprendido en el sistema de relaciones de la sociedad, constituye la transición mutua entre los polos sujeto - objeto. Es por ello que define la personalidad como el aspecto interno de la actividad.
La esencia de la personalidad es social pero ello no implica que se ignore la importancia de las propiedades naturales del ser humano en el proceso de su desarrollo. En este sentido surge la problemática de la interrelación de lo biológico y lo social en la personalidad. La solución de este problema se fundamenta en posiciones generales acerca de la imposibilidad de contraponer lo biológico y lo social en el hombre, pues en él lo natural está socialmente fundamentado, se ha formado en el propio proceso de desarrollo histórico de la sociedad; y, al mismo tiempo, no puede considerarse lo social al margen de lo biológico. Frecuentemente las diferencias entre los conceptos de individuo y personalidad se emplean como una vía para esclarecer esta cuestión.
Pero lo biológico y lo social no determinan mecánicamente las particularidades de la personalidad. No puede suponerse, por tanto, la posibilidad de manipularlas como simples variables independientes que al combinarse den un resultado esperado, o sea determinados rasgos específicos de personalidad. Lo biológico y lo social son solo premisas para el desarrollo de la personalidad, proceso en el cual tiene lugar un complejo sistema de interacciones.
Un principio básico en la concepción de la personalidad en la psicología histórico cultural es el que se refiere a la interrelación de lo interno y lo externo, pues explica la dependencia del proceso de desarrollo y formación de la personalidad de las condiciones externas e internas, evidenciándose que no se trata de un proceso automático de acción y reacción sino, por el contrario, es consecuentemente dialéctico. Las condiciones externas determinan la formación de las condiciones internas pero en la medida en que estas últimas se van formando mediatizan las influencias de las condiciones externas, así como de sus interrelaciones.
Para S. L Rubinstein la personalidad es el conjunto de condiciones internas concatenadas entre sí en una unidad a través de las cuales se refractan las influencias externas, enfatiza así el autor su posición acerca de la importancia de lo interno como esencial en la conceptualización de la personalidad y su comprensión del determinismo dialéctico entre las condiciones internas y las causas externas.
Aunque existen numerosos definiciones acerca del concepto de personalidad, en la medida en que la psicología como ciencia ha ido desarrollándose, se evidencia la aplicación del enfoque sistémico en la tendencia creciente a estudiar la personalidad como una formación íntegra que posee diversos niveles, donde los niveles superiores regulan el comportamiento y la actividad del sujeto. Se considera que la personalidad, a través de los diferentes niveles que la integran, es el nivel regulador superior del psiquismo humano.

Se acepta en general, aunque suelen definirse de diferentes formas, que la personalidad se caracteriza por un conjunto de características generales tales como: integridad, individualidad, constancia, estructura y por su función reguladora, en esta última resulta necesario detenerse.

S.L Rubinstein, al destacar la importancia del estudio de la personalidad para la psicología, subraya que sin la conciencia y la autoconciencia no tiene sentido hacer referencia a la personalidad, por tanto, el proceso de formación de la personalidad es ineludiblemente el proceso de formación de la conciencia y la autoconciencia. En la psicología histórico cultural se enfatiza que mediante la autoconciencia la personalidad tiene conciencia de sí misma, de todas sus cualidades y particularidades individuales, de sus defectos y virtudes fundamentales, limitaciones y potencialidades; posibilita la relación de la personalidad con su mundo interior y es esencial en sus interrelaciones sociales. Destaca S. L. Rubinstein que la autoconciencia, como nivel superior del desarrollo de la conciencia, cumple en la vida psíquica de la personalidad la función de autorregulación, de conocimiento y relación hacia sí misma.
La función reguladora de la personalidad constituye una característica esencial y definitoria de esta categoría. Expresa el carácter activo y consciente de la personalidad tanto en sus relaciones con el medio en que vive como con respecto a su propia persona. Esta función explica cómo la personalidad regula su actividad durante el proceso de búsqueda, planteamiento y logro de sus objetivos, lo que se evidencia en las reflexiones que el sujeto realiza sobre sus posibilidades reales de lograr uno u otro propósito, la elaboración de planes y proyectos para el futuro, la valoración de las vías y medios para alcanzarlos así como en el análisis sistemático del cumplimiento de los objetivos planteados, el esfuerzo volitivo que despliega durante todo el proceso y, en general, en toda la actividad realizada por la personalidad.
Al definir el concepto de personalidad la autora L. I. Bozhovich enfatiza que solo cuando el hombre ha alcanzado un elevado nivel de desarrollo psíquico que lo hace capaz de dirigir su conducta y actividad, e incluso, su propio desarrollo psíquico, llega a ser una personalidad. Coloca en el centro de la definición dada las posibilidades autorreguladoras del ser humano y precisa que la mencionada función es producto del proceso de desarrollo de cada ser humano.
No es casual que no se haya hecho referencia a determinada estructura de la personalidad como típica de las posiciones más representativas en la psicología histórico cultural. Realmente puede encontrarse una amplia variedad de criterios acerca de la estructura de la personalidad y sus correspondientes componentes. Sin embargo, debe destacarse la tendencia predominante a subordinar los problemas estructurales a los funcionales, en el empeño de los autores por lograr un enfoque sistémico en el estudio de la personalidad. La propuesta de la autora L. I. Bozhovich acerca de las relaciones entre los componentes de la personalidad en las diferentes etapas del desarrollo y sobre la esfera motivacional como núcleo o componente conformador del sistema, puede ejemplificar esta tendencia.

S. L. Rubinstein consideró que la función reguladora de la psiquis se expresa como regulación inductora y como regulación ejecutora y en cada uno de los aspectos de esta función intervienen determinadas propiedades psíquicas como el carácter y el sistema de motivos que lo integran (regulación inductora) y las capacidades (regulación ejecutora). En la actualidad algunos autores se apoyan en las consideraciones de Rubinstein y consideran dos grandes esferas que intervienen en la función reguladora de la personalidad: la afectivo- motivacional y la cognitivo-instrumental y enfatizan la unidad entre lo afectivo y lo cognitivo como condición esencial para el desarrollo de la función reguladora. También suele emplearse en este contexto el concepto de formaciones psicológicas.

Otros autores en los marcos de la psicología histórico cultural consideran que no resulta válido dividir lo afectivo y lo cognitivo en la estructura de la personalidad, aunque se declare su unidad, y que cada formación psicológica como nivel superior de regulación psíquica de la personalidad implica la unidad de lo afectivo y lo cognitivo. La determinación del término de formaciones psicológicas contribuye a superar los enfoques atomista y estructuralista que se manifestaron en etapas anteriores del desarrollo de la psicología en el estudio de la personalidad.


Bibliografía

http://sicologiaytu.wordpress.com/2010/03/30/somos-una-unidad-biologica-psicologica-y-social-2/
http://html.rincondelvago.com/la-personalidad_3.html

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