martes, 20 de marzo de 2012

PRINCIPIOS BIOÉTICOS APLICADOS AL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA

PRINCIPIOS BIOÉTICOS APLICADOS AL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA

Dentro de la práctica psicológica es importante tener algunos aspectos y puntos importantes muy claros. Principalmente, la ética dentro de la psicología permite regular los procedimientos de manera adecuada para que dentro de la práctica de la misma no se cometa algún error y si ha de presentarse, se pueda minimizar e incluso "borrar". Es importante también recalcar que dentro de la psicología muchas veces se puede llegar a juzgar al paciente por prácticas o conductas que no son bien aceptadas dentro de la sociedad y muchas veces el psicólogo se tiene que enfrentar a situaciones incomodas donde se puede ir en contra de sus principios morales. Ante este tipo de situaciones lo que se puede hacer y es lo mas aconsejable es remitir al paciente en primera instancia para que el psicólogo no se sienta atacado y segundo para que no se presente algún tipo de inconveniente entre el psicólogo y el paciente. 

Del respeto a la autonomía, señalando que el profesional de la salud mental se encuentra en una posición en la que podría manipular la conciencia de su paciente o cliente. Ya que asiste a alguien vulnerable que solicita su ayuda. 
Del apoyo, pero no dependencia, indicando que los procedimientos terapéuticos deben dirigirse a fomentar la independencia del paciente. 
De la no lesión a través de la negligencia, la ignorancia, la impericia o la ruptura de la confidencialidad.
De la no discriminación, marginación o segregación de los pacientes, refiriéndose a la equidad en la distribución de los recursos escasos.

PRINCIPIOS BIOÉTICOS APLICADOS AL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA

La bioética – en tanto la ética aplicada – tiene como tarea primordial, ofrecer un marco reflexivo de principios morales que sirvan de instrumento para la toma de decisiones y fundamento de las mismas en los casos concretos que se le presentan en la práctica cotidiana a un equipo de salud.
A partir del surgimiento de la bioética se establecieron cuatro principios que sirven de guía en los lugares habituales a los que llegan este tipo de problemas: los comités y las comisiones de bioética institucionales. Es aquí donde se discuten interdisciplinariamente los casos conflictivos. Los principios son:

- Principio de No Maleficencia
- Principio de Justicia
- Principio de Beneficencia
- Principio de Justicia
Aplicados al campo de la psicología en cada uno de ellos debemos atender a:

- No Maleficencia: Ética de la no – lesión. 
Relacionada con la extrema vulnerabilidad que caracteriza al enfermo mental. Por ejemplo evitar internaciones por razones que clínicamente no están bien definidas.
Superar definitivamente la nefasta relación cárcel – manicomio en la que el ingreso a una institución sanitaria no responde a un objetivo terapéutico sino a un castigo y exclusión social.

- Justicia: Ética de la no – discriminación.
Promover la eliminación del estigma social relacionado con la enfermedad mental. Impulsar el acceso equitativo a una atención integral y de calidad tan relegado por las políticas de salud.
- Beneficencia: Ética del apoyo.
El paciente con disfunción mental ha sido históricamente el más afectado por la tradición paternalista. Precisamente su enfermedad – en mayor o menor medida – interfiere en su capacidad cognitiva y volitiva, predisponiendo al profesional tratante a tomarlo como sujeto pasivo. Lo éticamente correcto es valorar su grado de competencia y acorde a éste, integrarlo al proceso terapéutico.

- Autonomía: Ética del respeto.
Prioritariamente cumplir con la obligación de confidencialidad. Más que ningún otro profesional, el psicólogo es depositario de información extremadamente sensible. El paciente tiene derecho a una información veraz, comprensible y adecuada sobre su proceso de salud y su evolución. En todo lo concerniente a la esfera de su intimidad, se deben reforzar las medidas que conciernen al secreto profesional, especialmente cuando se trabaja dentro de una Red o equipo terapéutico, al evaluar diagnósticos, intercambiar informes o comunicar resultados.

Las obligaciones morales derivadas de los cuatro principios no son exclusivas de cada uno de ellos.
Todos tienen como objetivo considerar al paciente con trastorno mental con la dignidad propia de cualquier ser humano, desterrando para siempre los prejuicios discriminatorios instalados en la sociedad respecto a estas patologías.
Se debe reforzar la alianza terapéutica evitando el quiebre o fragmentación entre lo clínico y lo social. Teniendo siempre presente que de la dimensión psicológica dependen fundamentalmente la calidad de vida y la libertad existencial de los seres humanos. 


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