martes, 22 de mayo de 2012

EDUCACIÓN Y DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD PROFESORA: DRA. NORMA CÁRDENAS MOREJÓN LA HABANA, CUBA OCTUBRE 2003



MINISTERIO DE EDUCACIÓN
INSTITUTO PEDAGÓGICO LATINOAMERICANO
Y CARIBEÑO
CÁTEDRA UNESCO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
MATERIAL DOCENTE BÁSICO DEL CURSO
EDUCACIÓN Y DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
PROFESORA:
DRA. NORMA CÁRDENAS MOREJÓN
LA HABANA, CUBA
OCTUBRE 2003



La disciplina Educación y Desarrollo de la Personalidad integra el curriculum de la maestría en Ciencias de la Educación. Esta disciplina, en estrecho vínculo con otras de carácter pedagógico y psicológico, contribuye a una comprensión científica del proceso docente educativo al destacar su determinación social y su importancia en el proceso de desarrollo y formación de la personalidad.

En el estudio del complejo problema que aborda la disciplina Educación y Desarrollo dela Personalidad el presente material se fundamenta en las posiciones de la psicología histórico cultural y en especial enfatiza los resultados obtenidos por los autores cubanos que se han especializado en esta temática. Por supuesto que también se hacen referencias a otras posiciones psicológicas que han realizado importantes aportes al estudio del desarrollo de la personalidad y a los puntos de vistas que sustentan acerca de las interrelaciones de este proceso y la educación.

El presente material no pretende (y además no sería posible) agotar los contenidos estudiados, se trata ante todo de un resumen que le permitirá a los cursantes comprender las ideas fundamentales que serán objeto de debate en el salón de clases. Producto del análisis de un abundante material la autora en cada tema ofrece sus propios criterios, sobre todo en el plano metodológico, contribuyendo a que el lector pueda orientarse en la solución de las complejas tareas que a alumnos y profesores plantea el desarrollo de la personalidad. Para cumplimentar tales intenciones también se realizó una compilación de diversos textos sobre la temática que posibilitan profundizar en el contenido estudiado.
Durante el curso se realizarán un conjunto de actividades que permitirán que los participantes elaboren sus propios puntos de vista sobre cómo a través del proceso docente-educativo puede influirse en el proceso de formación y desarrollo de la personalidad, considerando los contextos educacionales particulares en los cuales llevan a cabo su actividad pedagógica. No se trata de ofrecer recetas de valor universal sino de propiciar una reflexión grupal que contribuya a la elaboración personal de una concepción sobre la educación y su papel en el desarrollo de la personalidad que pueda fundamentar y orientar de modo efectivo la actuación profesional de los maestrantes.

OBJETIVOS GENERALES DEL CURSO.
- Fundamentar el papel de la educación en el proceso de desarrollo de la personalidad.
- Explicar las fundamentales tendencias del desarrollo de la personalidad en diferentes etapas del desarrollo.

CONTENIDO TEMÁTICO DEL CURSO.
Tema 1- La concepción de la personalidad en la psicología histórico cultural.
Tema 2- Desarrollo y educación de la personalidad. Importancia de la actividad y la comunicación en el proceso de formación y desarrollo de la personalidad. Diferentes posiciones acerca de la relación educación y desarrollo. La concepción del desarrollo de la personalidad en la psicología histórico-cultural. La educación y la enseñanza desarrolladoras.
Tema 3- La periodización del desarrollo psíquico y del desarrollo de la personalidad. Su importancia para el trabajo pedagógico. Criterios empleados. Sus ventajas y limitaciones. La comprensión del problema del desarrollo de la personalidad y el concepto de situación social del desarrollo. Las fundamentalestendencias del desarrollo de la personalidad en diferentes etapas de su desarrollo.
Tema 4- Estrategias docente-educativas dirigidas a la formación de la personalidad de los educandos. Estrategias de intervención grupal. El diagnóstico actual y potencial, su sistematicidad. El problema de los métodos y las técnicas en el diagnóstico del nivel de desarrollo de la personalidad de los educandos. La interacción del sistema de influencias educativas como condición imprescindible del proceso de educación de la personalidad.

EVALUACIÓN: Para otorgar la evaluación final del curso se considerará la calidad de la participación de los alumnos en las diversas actividades que se realizarán durante su desarrollo. El curso está diseñado sobre la base de la preparación individual y grupal de los participantes así como considerando su participación activa y reflexiva en los talleres que se realizan. También se tomará en cuenta los resultados obtenidos en el trabajo final presentado para concluir la disciplina.

Para elaborar y defender su trabajo final los maestrantes podrán seleccionar una de las siguientes variantes, en correspondencia con las particularidades de su trabajo de tesis:
· Fundamentar teóricamente y elaborar una estrategia de trabajo educativo para aplicar a un grupo de alumnos a partir de los resultados de un diagnóstico aplicado.
· Elaborar determinados aspectos de la fundamentación teórica del tema estudiado en correspondencia con el contenido de la disciplina Educación y Desarrollo de la Personalidad.
· Caracterizar las fundamentales tendencias del desarrollo de la personalidad de la etapa en que se encuentran los alumnos que integran la muestra seleccionada para su trabajo investigativo.
En todos los casos resulta fundamental la realización de una amplia y actualizada revisión bibliográfica.

Tema 1. La concepción de la personalidad en la psicología histórico cultural.
El objetivo esencial de la educación en cualquier país, independientemente del régimen socioeconómico de que se trate, es la formación de la personalidad de sus ciudadanos, en particular de las generaciones más jóvenes. Se trata de preparar a las personas desde las más tempranas edades no solo para vivir en esa sociedad sino también para perpetuarla y contribuir a su desarrollo.
Por supuesto, no todas las sociedades tienen las mismas aspiraciones en relación con las particularidades de personalidad que desearían desarrollar en sus miembros. En cada caso se ha ido elaborando un modelo particular del tipo de hombre que desean formar en correspondencia con las necesidades, posibilidades, aspiraciones, tradiciones socio-culturales e históricas propias, lo cual no niega la existencia de rasgos comunes que se relacionan con ciertos valores humanistas que se consideran universales.
Existen variadas concepciones como el psicoanálisis y las posiciones humanistas, que han elaborado sistemas teóricos a partir de los cuales se realizan propuestas metodológicas relativas al proceso de formación de la personalidad, algunas de las cuales han sido ampliamente divulgadas en América Latina. Los educadores han de conocer estas concepciones pero les resulta imprescindible apropiarse de una teoría de la personalidad que contribuya al enriquecimiento de su labor educativa.

La comprensión de la personalidad en la psicología histórico cultural.
En la psicología histórico cultural se reconoce la complejidad de la categoría personalidad y la necesidad de su estudio multidisciplinario, ciencias tales como la filosofía, la estética, las ciencias jurídicas, la sociología, la pedagogía y la psicología, entre otras ciencias sociales se ocupan de su investigación.
Se observan dos tendencias complementarias en el estudio multilateral de la personalidad, por una parte, el intento de integrar los resultados que se obtienen por las diferentes ciencias en un sistema único donde se considera la personalidad como objeto general de estas ciencias diversas; y, por otra parte, la tendencia a delimitar con mayor precisión los aspectos específicos que debe abordar cada ciencia, o sea definir el objeto particular de investigación de cada ciencia en cuestión tomando la personalidad como objeto general.
La comprensión de la personalidad en la psicología histórico cultural se relaciona y fundamenta en otras importantes categorías psicológicas que han sido reelaboradas en los marcos de esta concepción psicológica: psiquis, conciencia, actividad, comunicación, entre las más importante.
La introducción del concepto de personalidad en la psicología, significa ante todo que en la explicación de los fenómenos psíquicos se parte del hombre como ser material en sus correlaciones con el mundo. Todos los fenómenos psíquicos, en sus interconexiones, pertenecen a un hombre concreto, vivo actuante, dependen y se derivan del ser natural y social del hombre y de las leyes que lo determinan.(Rubinstein, 1965, p. 161-162)

S. L. Rubinstein enunció así el enfoque personológico: todos los procesos, propiedades y estados psíquicos sólo pueden ser analizados en el contexto de la personalidad; todos los fenómenos psíquicos pertenecen a un individuo concreto, están determinados por su ser social e individual.
Al hacer referencia a la comprensión de la personalidad en esta concepción psicológica pudiera esperarse erróneamente que los autores que se adscriben a ella sostuvieran criterios monolíticos en relación con la mencionada categoría. El estudio de la personalidad se ha realizado desde diferentes ángulos en los marcos de la psicología histórico cultural encontrándose variadas interpretaciones que, a nuestro juicio, han enriquecido notablemente la investigación psicológica y han constituido fuente importante para la elaboración de fundamentos comunes para la comprensión general de la personalidad en esta orientación psicológica.
La unidad en las posiciones de estos autores se fundamenta en que parten de una base metodológica común (la filosofía marxista-leninista) que, conjuntamente con los resultados de las investigaciones, ha contribuido a la elaboración de los principios esenciales de la psicología histórico cultural que al aplicarse al estudio de la personalidad permiten distinguir determinados aspectos generales o criterios metodológicos, en la comprensión de la personalidad que resultan típicos de la concepción psicológica que nos ocupa. Resulta necesario insistir en que no se tratatodavía de una teoría universal de la personalidad (Shorojova,1985, p. 28)

La comprensión general de la personalidad en la psicología histórico cultural se fundamenta en el reconocimiento de un conjunto de criterios esenciales. Debe señalarse que al respecto pueden encontrarse diferentes interpretaciones y matices, e incluso, autores que no hacen referencia explícita a cada uno de estos criterios o que enfatizan en sus teorías sólo algunos de ellos, pero de un modo u otro, en su conjunto, los asumen y constituyen postulados básicos de sus estudios.

En nuestra opinión la concepción general de la personalidad en la psicología histórico cultural reconoce:
- El carácter sociohistórico de la personalidad.
- Su carácter activo y transformador.
- La unidad de lo biológico y lo social en la personalidad.
- La importancia de la actividad y la comunicación en el proceso de formación y desarrollo de la personalidad.
- Determinadas características generales de la personalidad: individualidad, integridad, estabilidad, estructura.
- La unidad de lo afectivo y lo cognitivo.
- La función reguladora de la personalidad.
Los aspectos señalados conforman una unidad, permiten en sus interrelaciones mutuas la comprensión dialéctico materialista de un fenómeno tan complejo como es la personalidad, por eso su enumeración responde sólo a fines didácticos pero una explicación más rigurosa exige un análisis de conjunto de los criterios dados.
El carácter sociohistórico de la personalidad es un postulado básico. La personalidad se concibe, tanto desde el punto de vista filogenético como ontogenético, como un producto del desarrollo del hombre en condiciones sociales e históricas concretas. Cada hombre vive en determinada sociedad, pertenece a una clase, participa en diferentes grupos sociales (familiar, escolar, laboral, de amigos y otros) en interacción con los cuales asimila puntos de vistas, costumbres, valores, conocimientos, etc. que influyen en el proceso de desarrollo y formación de la personalidad que transcurre durante toda la vida del individuo. Para algunos autores la definición misma de personalidad está determinada por su carácter sociohistórico. Según B. P. Ananiev la personalidad es el hombre como sujeto y objeto del proceso histórico-social, es el sujeto de la conducta social y de la comunicación.

Los vínculos entre la personalidad y la sociedad son estrechos y mutuos. La personalidad no es un producto pasivo de las condiciones y relaciones sociales; es el ser activo de estas relaciones, las cuales realiza, desarrolla y transforma en su actividad. Las relaciones sociales no existen como algo externo a la personalidad, estas determinan la personalidad en la medida en que ella participa activamente en la vida social. La personalidad se caracteriza por su actividad creadora, transformadora.
La personalidad se forma, se desarrolla y se manifiesta en la actividad, al mismo tiempo que constituye el nivel regulador de la actividad; es por ello precisamente que la actividad, la interrelación de todos sus tipos, constituye la vía fundamental para el estudio y formación de la personalidad. Al mismo tiempo se reconoce el importante papel de la comunicación en este proceso, el individuo deviene personalidad sólo cuando obra como sujeto de las relaciones sociales lo que implica intercambio e interacción con otras personas y, consecuentemente, influencias mutuas.

A. N Leontiev también destaca la esencia sociohistórica de la personalidad. En su comprensión de la personalidad el concepto de actividad resulta clave. La actividad del hombre es un sistema comprendido en el sistema de relaciones de la sociedad, constituye la transición mutua entre los polos sujeto - objeto. Es por ello que define la personalidad como el aspecto interno de la actividad.
La esencia de la personalidad es social pero ello no implica que se ignore la importancia de las propiedades naturales del ser humano en el proceso de su desarrollo. En este sentido surge la problemática de la interrelación de lo biológico y lo social en la personalidad. La solución de este problema se fundamenta en posiciones generales acerca de la imposibilidad de contraponer lo biológico y lo social en el hombre, pues en él lo natural está socialmente fundamentado, se ha formado en el propio proceso de desarrollo histórico de la sociedad; y, al mismo tiempo, no puede considerarse lo social al margen de lo biológico. Frecuentemente las diferencias entre los conceptos de individuo y personalidad se emplean como una vía para esclarecer esta cuestión.
Pero lo biológico y lo social no determinan mecánicamente las particularidades de la personalidad. No puede suponerse, por tanto, la posibilidad de manipularlas como simples variables independientes que al combinarse den un resultado esperado, o sea determinados rasgos específicos de personalidad. Lo biológico y lo social son solo premisas para el desarrollo de la personalidad, proceso en el cual tiene lugar un complejo sistema de interacciones.
Un principio básico en la concepción de la personalidad en la psicología histórico cultural es el que se refiere a la interrelación de lo interno y lo externo, pues explica la dependencia del proceso de desarrollo y formación de la personalidad de las condiciones externas e internas, evidenciándose que no se trata de un proceso automático de acción y reacción sino, por el contrario, es consecuentemente dialéctico. Las condiciones externas determinan la formación de las condiciones internas pero en la medida en que estas últimas se van formando mediatizan las influencias de las condiciones externas, así como de sus interrelaciones.

Para S. L Rubinstein la personalidad es el conjunto de condiciones internas concatenadas entre sí en una unidad a través de las cuales se refractan las influencias externas, enfatiza así el autor su posición acerca de la importancia de lo interno como esencial en la conceptualización de la personalidad y su comprensión del determinismo dialéctico entre las condiciones internas y las causas externas.
Aunque existen numerosos definiciones acerca del concepto de personalidad, en la medida en que la psicología como ciencia ha ido desarrollándose, se evidencia la aplicación del enfoque sistémico en la tendencia creciente a estudiar la personalidad como una formación íntegra que posee diversos niveles, donde los niveles superiores regulan el comportamiento y la actividad del sujeto. Se considera que la personalidad, a través de los diferentes niveles que la integran, es el nivel regulador superior del psiquismo humano.
Se acepta en general, aunque suelen definirse de diferentes formas, que la personalidad se caracteriza por un conjunto de características generales tales como: integridad, individualidad, constancia, estructura y por su función reguladora, en esta última resulta necesario detenerse.

S.L Rubinstein, al destacar la importancia del estudio de la personalidad para la psicología, subraya que sin la conciencia y la autoconciencia no tiene sentido hacer referencia a la personalidad, por tanto, el proceso de formación de la personalidad es ineludiblemente el proceso de formación de la conciencia y la autoconciencia. En la psicología histórico cultural se enfatiza que mediante la autoconciencia la personalidad tiene conciencia de sí misma, de todas sus cualidades y particularidades individuales, de sus defectos y virtudes fundamentales, limitaciones y potencialidades; posibilita la relación de la personalidad con su mundo interior y es esencial en sus interrelacionessociales. Destaca S. L. Rubinstein que la autoconciencia, como nivel superior del desarrollo de la conciencia, cumple en la vida psíquica de la personalidad la función de autorregulación, de conocimiento y relación hacia sí misma.

La función reguladora de la personalidad constituye una característica esencial y definitoria de esta categoría. Expresa el carácter activo y consciente de la personalidad tanto en sus relaciones con el medio en que vive como con respecto a su propia persona. Esta función explica cómo la personalidad regula su actividad durante el proceso de búsqueda, planteamiento y logro de sus objetivos, lo que se evidencia en las reflexiones que el sujeto realiza sobre sus posibilidades reales de lograr uno u otro propósito, la elaboración de planes y proyectos para el futuro, la valoración de las vías y medios para alcanzarlos así como en el análisis sistemático del cumplimiento de los objetivos planteados, el esfuerzo volitivo que despliega durante todo el proceso y, en general, en toda la actividad realizada por la personalidad.
Al definir el concepto de personalidad la autora L. I. Bozhovich enfatiza que solo cuando el hombre ha alcanzado un elevado nivel de desarrollo psíquico que lo hace capaz de dirigir su conducta y actividad, e incluso, su propio desarrollo psíquico, llega a ser una personalidad. Coloca en el centro de la definición dada las posibilidades autorreguladoras del ser humano y precisa que la mencionada función es producto del proceso de desarrollo de cada ser humano.

No es casual que no se haya hecho referencia a determinada estructura de la personalidad como típica de las posiciones más representativas en la psicología histórico cultural. Realmente puede encontrarse una amplia variedad de criterios acerca de la estructura de la personalidad y sus correspondientes componentes. Sin embargo, debe destacarse la tendencia predominante a subordinar los problemas estructurales a los funcionales, en el empeño de los autores por lograr un enfoque sistémico en el estudio de la personalidad. La propuesta de la autora L. I. Bozhovich acerca de las relaciones entre los componentes de la personalidad en las diferentes etapas del desarrollo y sobre la esfera motivacional como núcleo o componente conformador del sistema, puede ejemplificar esta tendencia.

S. L. Rubinstein consideró que la función reguladora de la psiquis se expresa como regulación inductora y como regulación ejecutora y en cada uno de los aspectos de esta función intervienen determinadas propiedades psíquicas como el carácter y el sistema de motivos que lo integran (regulación inductora) y las capacidades (regulación ejecutora). En la actualidad algunos autores se apoyan en las consideraciones de Rubinstein y consideran dos grandes esferas que intervienen en la función reguladora de la personalidad: la afectivo- motivacional y la cognitivo-instrumental y enfatizan la unidad entre lo afectivo y lo cognitivo como condición esencial para el desarrollo de la función reguladora. También suele emplearse en este contexto el concepto de formaciones psicológicas.

Otros autores en los marcos de la psicología histórico cultural consideran que no resulta válido dividir lo afectivo y lo cognitivo en la estructura de la personalidad, aunque se declare su unidad, y que cada formación psicológica como nivel superior de regulación psíquica de la personalidad implica la unidad de lo afectivo y lo cognitivo. La determinación del término de formaciones psicológicas contribuye a superar los enfoques atomista y estructuralista que se manifestaron en etapas anteriores del desarrollo de la psicología en el estudio de la personalidad.

Tema 2. Desarrollo y formación de la personalidad. Importancia de la actividad y la comunicación en este proceso.
El punto de partida para el análisis de las complejas relaciones entre el desarrollo y laeducación es la comprensión de la concepción del desarrollo de que se trate, al respecto pueden encontrarse en el decursar de la Psicología variadas posiciones. Las diferentes teorías contienen supuestos implícitos e explícitos acerca de cómo se produce el desarrollo, su naturaleza, y sus causas, qué factores lo favorecen o lo dificultan, cuál es la importancia relativa de los factores biológicos y ambientales, cuáles son los aspectos del desarrollo que tiene más importancia estudiar y con qué métodos, o cuáles son las unidades de la conducta a las que hay que prestar atención. Todos estos aspectos son muy relevantes para entender el desarrollo pero no todas las posiciones teóricas comparten las mismas ideas sobre ellos.( Delval, 1994)
Jesús Palacios (1997) ha agrupado las orientaciones teóricas clásicas acerca del desarrollo en tres modelos fundamentales: mecanicistas, organicistas y modelo del ciclo vital, los que facilitan la comprensión de los diversos puntos de vista acerca de relación entre educación y desarrollo.

La concepción histórico cultural ha desarrollado una comprensión del desarrollo psíquico, y de sus relaciones con la educación, a tenor con sus fundamentos metodológicos.
En la psicología histórico cultural se hace referencia a los conceptos de desarrollo psíquico y de desarrollo de la personalidad, ambos se diferencian pero al mismo tiempo están estrechamente vinculados. Para explicar cómo se comprende el desarrollo psíquico en los marcos de la concepción psicológica que nos ocupa es necesario considerar que a la psiquis le es inherente una sucesión de transformaciones estructurales y funcionales, tanto en el curso del desarrollo histórico de la sociedad como en el curso del desarrollo individual.

La psicología histórico cultural ha realizado importantes aportes a la comprensión del proceso del desarrollo psíquico del hombre. El desarrollo es un proceso que se produce a través de la apropiación por parte del individuo de la cultura desarrollada por la sociedad; el desarrollo psíquico se interpreta y analiza como un producto del proceso de apropiación de las distintas formas de la experiencia social.
Se enfatiza así que las funciones psíquicas específicamente humanas, no son innatas, se originan en las relaciones del individuo con su contexto cultural y social. Para L. S Vigotsky las funciones psíquicas superiores no poseen un origen natural, sino que surgen, se forman y se desarrollan en el curso de desarrollo histórico social.
El proceso de apropiación de la cultura humana conduce no sólo a la asimilación de los procedimientos para la realización de los distintos tipos de actividad y los modos de interacción social, sino que conduce a la formación de todos los procesos psíquicos, formaciones psicológicas de diferentes niveles de complejidad y de las cualidades de personalidad correspondientes. Es mediante su actividad y con la ayuda de los otros, en un proceso mediatizado por los instrumentos y sistemas de signos construidos históricamente, que el niño se apropia de la experiencia social acumulada por la humanidad, que se encuentra en los productos de la actividad material y espiritual y es asimilada por el hombre a lo largo de su vida.

Como resultado del proceso de desarrollo se producen en el hombre importantes cambios morfofuncionales, psíquicos y sociales. Las nuevas particularidades que surgen en el proceso de desarrollo se preparan durante un periodo largo y, frecuentemente, las numerosas transformaciones que tienen lugar no se revelan a la observación cotidiana sino cuando aparece la nueva cualidad. Así, el desarrollo implica un movimiento desde los niveles inferior a los superiores, en espiral, donde lo nuevo contiene a lo viejo, pero al mismo tiempo lo supera. Ejemplos sencillos, comprensibles para todos, como el desarrollo físico en la infancia y la adolescencia, o el desarrollo del lenguaje en la edad temprana pueden ilustrar la comprensión materialista dialéctica del desarrollo que fundamenta las posiciones de la psicología histórico cultural al explicar el desarrollo psíquico y el desarrollo de la personalidad.
Todo aquello que la personalidad debe asimilar en el proceso de su formación y desarrollo se encuentra inicialmente fuera de ella, en el mundo que la rodea, en la experiencia, en la cultura de la humanidad, en la actividad y en la comunicación con las demás personas.
De este modo se argumenta uno de los pilares fundamentales de la concepción del desarrollo psíquico que sostiene la psicología histórico cultural: el desarrollo psíquico va de lo social a lo individual, de lo interpsíquico a lo intrapsíquico.
Las relaciones entre las categorías personalidad, actividad y comunicación son muy estrechas en la psicología histórico cultural y han sido objeto de no pocas polémicas.
En la concepción histórico cultural la actividad se encuentra entre las categorías que han recibido mayor atención y profundización, mientras que la categoría comunicación, aunque considerada desde los inicios de esta teoría, durante varias décadas fue relegado su estudio. En las décadas del setenta y ochenta, en la medida en que se extendían y profundizaban las investigaciones vinculadas con la comunicación surgió una importante discusión científica liderada por A.A. Leontiev (1979) y B. F. Lomov (1989), en la que el primero defendía la posición de que la comunicación no constituye una categoría independiente de la psicología y solo puede ser analizada en el ámbito de la actividad: como uno de sus casos particulares, como una forma de la misma o como una acción. B. F. Lomov insistió en los argumentos que demostraban que la comunicación puede considerarse como una categoría independiente de la psicología:
El esclarecimiento de las relaciones entre las categorías de actividad y comunicación contribuye a una mejor comprensión del principio de la unidad dialéctica entre lo interno y lo externo que resulta esencial en el análisis del proceso de formación de la personalidad.
Las interrelaciones de la personalidad en desarrollo con su medio social se concretizan en sus vínculos con el mundo de los objetos, a través de la actividad (relación sujeto-objeto) y con las demás personas (relación sujeto-sujeto) en el proceso comunicativo mediante el cual se realiza el intercambio mutuo de actividades, representaciones, ideas, actitudes, intereses, etc. Mientras que un resultado fundamental de la actividad es la transformación del objeto específico (material o ideal), en el caso de la comunicación se trata del establecimiento de relaciones con otras personas, pero en los límites de ambos procesos tiene lugar el proceso de formación y desarrollo de la personalidad.
Pero estos procesos no son excluyentes ni pueden acotarse rígidamente; frecuentemente en los marcos de la actividad se desarrolla el proceso comunicativo entre los sujetos que participan en ella, y también durante las relaciones y el intercambio entre las personas se llevan a cabo determinadas actividades.
En nuestra realidad los profesores e investigadores al estudiar el desarrollo intelectual han constatado que en parte de las muestras estudiadas se manifiestan dificultades relativas a cierta

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