sábado, 26 de mayo de 2012

LA INTERACCIÓN ENTRE INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y PSICOLOGÍA: TEORÍA Y MÉTODO


LA INTERACCIÓN ENTRE IA Y PSICOLOGÍA: TEORÍA Y MÉTODO



A pesar de que la interacción (entre IA y psicología no es ya ninguna novedad, los mejores frutos y resultados de esta interacción están aún por venir.
Haciendo a un lado la importante preocupación que los especialistas en IA tienen por la construcción de sistemas electrónicos de computación, es evidente que la psicología y la IA se empalman en gran medida. Es decir, ambas disciplinas están preocupadas con la explicación y resolución de los mismos problemas básicos, sus soluciones pueden ser comparadas una contra otra, y su éxito o fracaso puede evaluarse con el mismo criterio. El objetivo de la IA y la psicología es el de entender aspectos diversos de la mente humana y de la inteligencia en general y, en esencia, el juicio final que tendrán que enfrentar tendrá que ver con la cantidad y la calidad de las explicaciones que proporcionen sobre la naturaleza de la actividad mental.
Esto no debe hacernos verlas, como algunas personas han sugerido, como rivales teóricas necesariamente. Por el contrario, yo sostengo que, hasta ahora, la psicología ha sido la mejor y más rica fuente de teorías y conjeturas para la IA y, a su vez, que la IA es la mejor medicina que la psicología necesita en el estadio actual de su desarrollo.
Trataré de ilustrar esta última afirmación en esta sección con argumentos teóricos, metodológicos, y prácticos.
En primer lugar los argumentos de carácter teórico. Una de las características de las teorías científicas progresivas (Lakatos, 1978) es el equilibrio que mantienen entre la generación de conjeturas o hipótesis teóricas y su corroboración o refutación empírica. Una gran parte del desarrollo de la psicología se ha caracterizado por la ausencia de este equilibrio debido, entre otras causas, a que la experimentación con seres humanos se encuentra limitada por importantes razones morales. El estudio de la actividad mental ha tenido que limitarse a los reportes introspectivos, a pesar de que es sabido que la mayor parte de la actividad mental no es consciente y está fuera del alcance de la introspección. Las consecuencias de esto son, por un lado, que existe un gran divorcio entre teoría y realidad empírica como lo ejemplifica la psicología clínica, y por el otro, que la teoría en psicología experimental se ha subdividido en una innumerable cantidad de micromodelos psicológicos de tan limitado alcance y generalizabilidad que en muchos casos su aplicación se constriñe únicamente a las condiciones experimentales (Cronbach, 1975). Finalmente, el efecto general es que la teoría no es dirigida por lineamientos heurísticos como en las ciencias maduras sino por una estrategia burda de ensayo y error.
Es mi opinión que, en su intento por reproducir habilidades mentales humanas, los investigadores en IA han creado sistemas teóricos que poseen una gran capacidad heurística, que reúnen todos los requisitos científicos de consistencia y rigor lógico, y que permiten, si no responder de manera conclusiva, sí al menos formular mejores preguntas psicológicas.
Algo que hemos aprendido a lo largo de la historia de la psicología es que sus objetivos iniciales son, más difíciles de alcanzar de lo que originalmente se pensaba y que se requieren para ellos mejores herramientas metodológicas y mejores teorías.
Hoy en día, uno de los más importantes objetivos de la psicología es el de explicar fenómenos como la percepción, el aprendizaje, la cognición, la motivación, etc., de forma tal que sea posible unir las teorías fisiológicas a las psicológicas y terminar con el dualismo que ha plagado estas áreas de estudio.
Para ello se ha recurrido a dos estrategias experimentales distintas: La primera de ellas, que llamare "inductivista", comienza al nivel neuronal o atómico, unifica estas unidades físicas elementales en forma de moléculas, que a su vez reúne en forma de grandes agregados, que eventualmente describen el comportamiento y los fenómenos psicológicos que todos podemos observar. Esta estrategia, dicho sea de paso, ha avanzado muy lentamente y tenido un éxito sumamente limitado en la explicación de los fenómenos que van más allá de la mera percepción sensorial. La segunda estrategia, que llamaré "deductivista", comienza con una descripción de las funciones y organización de los procesos psicológicos, y descompone estos sistemas en sistemas más simples y pequeños, con la esperanza de eventualmente llegar a describir elementos fisiológicos y físicos.
Es importante aclarar que ambas estrategias deben ser continuadas ya que ambas han contribuido hasta ahora con parte de las explicaciones existentes, sin embargo, la evidencia sugiere que la primera estrategia es de poca utilidad para la psicología. La ilustración de esto es muy simple en términos de preguntas empíricas, Es mucho más difícil responder a la pregunta: ¿cómo puede un número determinado de neuronas (o átomos) producir fenómenos como inteligencia, cognición, lenguaje, toma de decisiones, etc.?, que responder a la pregunta ¿cómo puede un sistema (ser humano o computadora digital) con determinadas características realizar tal o cual tarea o función?
La segunda pregunta busca una solución, cualquier solución, la primera requiere de un descubrimiento. La búsqueda de descubrimientos por mera inducción o "inspección bruta" puede ser interminable (si consideramos, por ejemplo, el número de combinaciones neuronales posibles) si uno no toma como dirección heurística alguna pregunta psicológica (algo que, a pesar de todo, los neurofisiólogos hacen tácitamente y sin gran competencia). Y, en última instancia, la búsqueda de soluciones puede en ocasiones llevarnos a un descubrimiento, es decir, a encontrar la solución que la naturaleza encontró primero.
Las teorías en IA caen dentro de la categoría deductivista y, por lo tanto, poseen una estrategia con mayor capacidad explicativa. Debo insistir, ambas estrategias son necesarias pero la experiencia indica que la estrategia deductivista ha proporcionado y continuará proporcionando la mejor y mayor parte de las explicaciones. Esto, dicho sea de paso, es cierto también en otras ciencias, la estrategia inductivista ha sido abandonada en ciencias como la química y la biología que han favorecido un enfoque deductivista. De tal forma que, si el propósito es seguir el ejemplo de las ciencias "maduras", el camino es claro.
Las contribuciones que esta estrategia, típica de la teoría en IA, han traído a la psicología son varias, mencionaré sólo algunas de las más importantes.
Una de las contribuciones centrales de la IA se relaciona con un problema que ha agobiado a psicólogos y filósofos por más de doscientos años: el problema de la representación interna. Por mucho tiempo ha sido evidente que la única psicología capaz de dar cuenta de las complejidades de la actividad mental tendría que explicar e incluir procesos de representación interna. Por ejemplo, es la opinión de la mayoría de los psicológicos que sería imposible explicar el fenómeno de la percepción si no presuponemos que su función es proveernos con una imagen mental o modelo del mundo en el que vivimos y actuamos de una forma más o menos exitosa.
Esta premisa de la representación interna ha sido aceptada por todos los psicólogos con la excepción de los conductista radicales como Watson o Skinner. Las representaciones internas han sido denominadas hasta ahora de formas distintas: ideas, sensaciones, impresiones. Más recientemente nos referimos a ellas como esquemas cognoscitivos, mapas mentales, proposiciones, imágenes, o señales neuronales. Sólo este breve recuento de las distintas denominaciones de las representaciones mentales hace obvias dos conclusiones: primero, el acuerdo existente sobre la necesidad de incluirlas en nuestras explicaciones de la actividad mental, y, segundo, el desacuerdo general sobre su naturaleza y características.
El serio problema que la representación mental ha impuesto a la teoría psicológica es el de explicar de que forma estas representaciones pueden modelar, por sí mismas, al mundo en la mente humana. En otras palabras, es claro que nada puede ser intrínsicamente una representación de otra cosa. Algo se convierte en una representación sólo para alguien, todo sistema de representación requiere de un intérprete, independiente de este sistema, que lo utiliza con algún propósito. Este intérprete debe poseer una gran variedad de atributos psicológicos: debe poseer intenciones, debe ser capaz de comprender, debe tener objetivos y creencias, de tal forma que sea capaz de utilizar las representaciones para informarse sobre el mundo y ayudarse en el logro de sus metas (conversar, resolver problemas, reconocer, etc.). Este intérprete dentro de nuestra mente, es, en esta concepción, una forma de "homúnculo", y los homúnculos como lo --sabemos desde Descartes, padecen el mal de la regresión infinita. Lo que quiere decir que, al afirmar la existencia de un homúnculo dentro de la mente humana, caemos en la necesidad de recurrir a otro homúnculo dentro del primero que cumpla la misma función. Del mismo modo, más adelante necesitaremos de un tercero dentro del segundo... asi ad infinitum. Esta salida ad hoc, porque evidentemente no es una solución, no ha hecho más que transferir el problema de la representación de la mente humana a otra distinta, de tal forma que, como sostiene Dennett:
Hacer psicología sin homúnculos ha sido imposible. Pero hacerla con humúnculos nos ha llevado a la circularidad y el regreso infinito, al punto que ha convertido a la psicología en una empresa imposible. (Dennet, 1979:71)
El reto ha sido entonces, formular una teoría que explique cómo pueden las representaciones entenderse a sí mismas y, al mismo tiempo, evitar la circularidad y el regreso infinito.
Como lo mencioné anteriormente, por dos siglos se ha tratado de resolver este problema sin ningún éxito. No es sino hasta la aparición de la noción de "estructuras de datos" dentro de la IA que el problema parece comenzar a resolverse. Las "estructuras de datos" pueden o no tener validez psicológica, es algo que está aún por aclararse, lo que ya es claro es que constituyen el primer y único ejemplo operante de representaciones que se "entiendan a sí mismas". Las estructuras de datos han permitido la construcción de sistemas intencionales que son resultado del diseño de subsistemas con habilidades específicas y simples que se encuentran organizados entre sí. Estos subsistemas se subdividen a su vez en microsistemas más especializados y simples, que a su vez se componen de sistemas más pequeños y tan simples que sus respuestas son binarias. El sistema total consigue modelar una forma operante de representación.
El programa diseñado por Winograd (1972), conocido como SHRDLU es un extraordinario ejemplo de este comportamiento. SHRDLU es un programa que vive en un mundo imaginario de figuras geométricas en color, que es capaz de manipular estas figuras sobre una superficie cuando se le solicita, que representa a sí mismo este mundo, y que puede responder preguntas sobre su vida en este mundo. Un ejemplo de un diálogo con SHRDLU es el siguiente (de nuevo las respuestas de la computadora en mayúsculas):
¿Tocaste alguna pirámide antes de tocar el cubo azul?
SI, LA VERDE
¿En qué momento?
MIENTRAS APILABA EL CUBO ROJO PEQUEÑO ENCIMA DEL CUBO ROJO GRANDE Y DEL CUBO VERDE
¿Por qué la tocaste?
PORQUE NECESITABA MOVERLA PARA COLOCAR EL CUBO ROJO PEQUEÑO EN SU LUGAR
¿Para qué?
PARA PONER EL CUBO ROJO PEQUEÑO DONDE ESTA AHORA
¿Por qué?
PORQUE TU ME LO PEDISTE...
Las respuestas del programa son una muestra de la claridad con la que representa y pera en su mundo imaginario, incluyendo al interlocutor que da las órdenes, basándose únicamente en esta idea de estructuras de datos. Ninguna otra explicación ha llegado tan cerca de modelar el proceso de representación interna.
Otro problema en el que la IA ha sido de gran utilidad teórica se refiere a la discusión sobre la existencia y la naturaleza de las imágenes mentales. He discutido este problema en detalle en otro artículo (Elguea, 1983) de manera que referiré al lector interesado a este artículo y sólo mencionaré que el problema de las Imágenes mentales se encuentra íntimamente relacionado con el de la representación y que el trabajo en IA ha inclinado a la teoría psicológica en favor de la eliminación de las imágenes como concepto teórico y la aceptación de las proposiciones como el vehículo del pensamiento y la representación.
En segundo lugar, analizaré las contribuciones metodológicas de la IA a la psicología.
Algo que no ha sido comprendido adecuadamente entre los psicólogos, a veces ni siquiera entre especialistas en Al, es que los programas de IA no son experimentos empíricos, sino experimentos "pensados" o imaginarios regulados rigurosamente por una computadora.
La lógica de programación por computadora ha desarrollado una serie de reglas de consistencia que proveen al psicólogo de un lenguaje técnico con qué disciplinar la formulación de teorías y conjeturas, además de proporcionarnos nuevas y mejores metáforas para estudiar la inteligencia.
Los programas que operan en una computadora y la programación en general nos proveen de un nuevo medio para generar ideas, pensar acerca, de ellas, probarlas, extenderlas, corregirlas, profundizarlas y, eventualmente, explicarlas. Adecuadamente programadas, las computadoras son instrumentos útiles para construir, manipular, analizar, intepretar y transformar estructuras simbólicas de cualquier tipo, incluyendo sus propios programas.
Igualmente, persiste entre la comunidad científica el mito de que el estudio de sistemas complejos requiere necesariamente del uso de mediciones numéricas, ecuaciones, cálculo, estadística, etc., que las ciencias sociales han heredado de la física. Estos instrumentos han demostrado su insuficiencia en la explicación de fenómenos esenciales a la actividad mental de cualquier tipo, inclusive de la actividad "mental" que puede ocurrir en una computadora. (Ningun especialista en computación intentaría entender el comportamiento conversacional o cognitivo de un programa en términos estadísticos o de variables dependientes e independientes).
En lugar de ecuaciones, sistemas también formales no-numéricos han sido desarrollados en la forma de lenguajes de programación. Los conceptos generados a través de este esfuerzo, como lo ha demostrado el modelo de procesamiento de información, pueden resultar de mucha mayor utilidad para el psicólogo que las matemáticas numéricas que se utilizan normalmente y que tienen una capacidad limitada para teorizar sobre estructuras complejas e interactivas como las que se dan en la actividad mental. Es desafortunado que, en la mayoría de los casos, los psicólogos tengan un escaso o nulo entrenamiento en computación o programación y que su información se limite al uso de programas estadísticos escritos en lenguajes simples como FORTRAN o BASIC, y que ignoren la existencia de lenguajes más poderosos para la simulación y el modelamiento de actividades mentales como son los casos de LISP, y los más recientes CONNIVER, PLANNER, KRL, etc.
Por último, en lo referente a las aplicaciones prácticas, la IA ha contribuido a la psicología a través de la creación de programas dedicados a la educación de niños. Como uno de los resultados del esfuerzo por entender, simular, y modelar habilidades mentales, Papert (1971) desarrolló una serie de lenguajes conocidos como LOGO que tienen por objeto enseñar estas mismas habilidades a los niños. Estos lenguajes tienen grandes ventajas sobre otros, en primer lugar son mucho más poderosos y por lo tanto hacen mucho más fácil la tarea de programar a la computadora para realizar actividades complejas, y, en segundo lugar, no se restringen al uso de computaciones numéricas. Por ejemplo, LOGO y POP-2 (utilizados en MIT y en Sussex respectivamente) son lenguajes que tienen la capacidad de manipular palabras y oraciones, figuras geométricas, diseño de imágenes, etc.
La oposición en contra de la IA no ha sido poca ni sin importancia. Dreyfus (1972), el más importante crítico de la inteligencia artificial, ha elaborado serias críticas basándose en la distinción entre computación análoga y computación digital. Dado que todas las simulaciones y modelos de la cognición son generados en computadoras digitales, los procesos involucrados utilizan estados de información discreta y programación secuencial. Dreyfus insiste en que la evidencia que ha provisto la psicología y la neurofisiología, indica que el cerebro humano funciona como una computadora análoga que utiliza operaciones continuas y estructuras de programación en paralelo. El sostiene que, como resultado de ello, las simulaciones y modelos generados en la IA carecen de validez psicológica.
Si bien es cierto que la crítica de Dreyfus es aplicable a un buen número de modelos y simulaciones, pierde de vista la capacidad que tiene una computadora digital para simular el funcionamiento de una computadora análoga (por ej. el cerebro), y que su argumento lejos de refutar los esfuerzos hechos hasta ahora por la IA los ha fortalecido indirectamente.
En la actualidad muchas de las nociones y términos utilizados en la psicología tienen su origen en modelos mecanicistas o, físicos, insuficientes y simplistas. Inclusive el grupo de académicos que se oponen fuertemente a la utilización de metáforas computacionales para describir procesos mentales, con el pretexto de que son nociones mecanicistas, usan analogías mucho más crudas como por ejemplo: "disonancia", "represión", "tensión", "carga emocional", "fuerza motivacional", etc. Los oponentes de las metáforas computacionales de alguna manera están condenando a la teoría psicológica a continuar viviendo con analogías hidráulicas y mecánicas derivadas de avances tecnológicos y científicos de algunos siglos atrás,

NOTA FINAL

Existe todavía una enorme cantidad de fenómenos psicológicos sin descripciones ni explicaciones adecuadas. Entre ellos: percepción, memoria, reconocimiento de patrones, comprensión, aprendizaje, comunicación, interpretación, creación, intuición, selección, etc. Los psicólogos, como la mayoría de los científicos sociales, han tenido hasta ahora un conjunto de herramientas inadecuadas para la formulación de teoría y la corroboración de hipótesis sobre esta serie de fenómenos. Algunos de ellos han tratado de recurrir sin gran éxito a modelos más recientes como la teoría de sistemas o la teoría de juegos que, por su naturaleza estática, siguen siendo deficientes en la explicación de la actividad mental.
La IA ha explorado las distintas formas en que las computadoras podrían realizar las tareas que antes estaban reservadas a los seres humanos, como resolver problemas, planear a futuro, demostrar teoremas, jugar ajedrez, conversar en y entender un lenguaje, componer música, cte. El hecho de que aún no haya conseguido reproducir un ser humano completo (o que eventualmente lo consiga) es de menor importancia que la evidencia de que ha mejorado nuestras habilidades para pensar y clarificar fenómenos de interés para la psicología y otras ramas de la ciencia. Ha colaborado en la reformulación de viejos problemas psicológicos y en la reconsideración y revaluación de las teorías existentes. Ha forzado a los especialistas a precisar sus conceptos y a utilizarlos con mayor consistencia y rigor, al mismo tiempo, los ha enfrentado a un reto teórico al formular un programa rival de investigación que busca explicar un objeto de estudio que anteriormente estaba reservado a los psicólogos: la explicación de la inteligencia y sus procesos colaterales.
Sus logros y avances han sido tan importantes que, en unos cuantos años, las teorías sobre la inteligencia y sus fenómenos relacionados serán literalmente incomprensibles para el psicólogo que no esté familiarizado con el desarrollo teórico, los métodos y los logros de la IA. Su influencia en la psicología ha sido y será tan grande que enseñar cursos universitarios sobre psicología cognoscitiva sin hacer referencia a la IA será un grave acto de ignorancia o de irresponsabilidad.
Ahora bien, con respecto al objetivo último, no alcanzado, de la IA, el de entender y reproducir al ser humano, vale la pena mencionar de nuevo las palabras del profesor Sloman:
Puede ser que la mente humana sea demasiado compleja para ser comprendida por la misma mente humana. Pero el deseo de intentar lo imposible parece ser una de sus características más persistentes.
(Sloman, 1978:20)
ESTUDIOS. filosofía-historia-letras
Otoño 1987

martes, 22 de mayo de 2012

LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA Y LA PERSONALIDAD

Psicologia de La Educacion Lmarquez

EDUCACIÓN Y DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD PROFESORA: DRA. NORMA CÁRDENAS MOREJÓN LA HABANA, CUBA OCTUBRE 2003



MINISTERIO DE EDUCACIÓN
INSTITUTO PEDAGÓGICO LATINOAMERICANO
Y CARIBEÑO
CÁTEDRA UNESCO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
MATERIAL DOCENTE BÁSICO DEL CURSO
EDUCACIÓN Y DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
PROFESORA:
DRA. NORMA CÁRDENAS MOREJÓN
LA HABANA, CUBA
OCTUBRE 2003



La disciplina Educación y Desarrollo de la Personalidad integra el curriculum de la maestría en Ciencias de la Educación. Esta disciplina, en estrecho vínculo con otras de carácter pedagógico y psicológico, contribuye a una comprensión científica del proceso docente educativo al destacar su determinación social y su importancia en el proceso de desarrollo y formación de la personalidad.

En el estudio del complejo problema que aborda la disciplina Educación y Desarrollo dela Personalidad el presente material se fundamenta en las posiciones de la psicología histórico cultural y en especial enfatiza los resultados obtenidos por los autores cubanos que se han especializado en esta temática. Por supuesto que también se hacen referencias a otras posiciones psicológicas que han realizado importantes aportes al estudio del desarrollo de la personalidad y a los puntos de vistas que sustentan acerca de las interrelaciones de este proceso y la educación.

El presente material no pretende (y además no sería posible) agotar los contenidos estudiados, se trata ante todo de un resumen que le permitirá a los cursantes comprender las ideas fundamentales que serán objeto de debate en el salón de clases. Producto del análisis de un abundante material la autora en cada tema ofrece sus propios criterios, sobre todo en el plano metodológico, contribuyendo a que el lector pueda orientarse en la solución de las complejas tareas que a alumnos y profesores plantea el desarrollo de la personalidad. Para cumplimentar tales intenciones también se realizó una compilación de diversos textos sobre la temática que posibilitan profundizar en el contenido estudiado.
Durante el curso se realizarán un conjunto de actividades que permitirán que los participantes elaboren sus propios puntos de vista sobre cómo a través del proceso docente-educativo puede influirse en el proceso de formación y desarrollo de la personalidad, considerando los contextos educacionales particulares en los cuales llevan a cabo su actividad pedagógica. No se trata de ofrecer recetas de valor universal sino de propiciar una reflexión grupal que contribuya a la elaboración personal de una concepción sobre la educación y su papel en el desarrollo de la personalidad que pueda fundamentar y orientar de modo efectivo la actuación profesional de los maestrantes.

OBJETIVOS GENERALES DEL CURSO.
- Fundamentar el papel de la educación en el proceso de desarrollo de la personalidad.
- Explicar las fundamentales tendencias del desarrollo de la personalidad en diferentes etapas del desarrollo.

CONTENIDO TEMÁTICO DEL CURSO.
Tema 1- La concepción de la personalidad en la psicología histórico cultural.
Tema 2- Desarrollo y educación de la personalidad. Importancia de la actividad y la comunicación en el proceso de formación y desarrollo de la personalidad. Diferentes posiciones acerca de la relación educación y desarrollo. La concepción del desarrollo de la personalidad en la psicología histórico-cultural. La educación y la enseñanza desarrolladoras.
Tema 3- La periodización del desarrollo psíquico y del desarrollo de la personalidad. Su importancia para el trabajo pedagógico. Criterios empleados. Sus ventajas y limitaciones. La comprensión del problema del desarrollo de la personalidad y el concepto de situación social del desarrollo. Las fundamentalestendencias del desarrollo de la personalidad en diferentes etapas de su desarrollo.
Tema 4- Estrategias docente-educativas dirigidas a la formación de la personalidad de los educandos. Estrategias de intervención grupal. El diagnóstico actual y potencial, su sistematicidad. El problema de los métodos y las técnicas en el diagnóstico del nivel de desarrollo de la personalidad de los educandos. La interacción del sistema de influencias educativas como condición imprescindible del proceso de educación de la personalidad.

EVALUACIÓN: Para otorgar la evaluación final del curso se considerará la calidad de la participación de los alumnos en las diversas actividades que se realizarán durante su desarrollo. El curso está diseñado sobre la base de la preparación individual y grupal de los participantes así como considerando su participación activa y reflexiva en los talleres que se realizan. También se tomará en cuenta los resultados obtenidos en el trabajo final presentado para concluir la disciplina.

Para elaborar y defender su trabajo final los maestrantes podrán seleccionar una de las siguientes variantes, en correspondencia con las particularidades de su trabajo de tesis:
· Fundamentar teóricamente y elaborar una estrategia de trabajo educativo para aplicar a un grupo de alumnos a partir de los resultados de un diagnóstico aplicado.
· Elaborar determinados aspectos de la fundamentación teórica del tema estudiado en correspondencia con el contenido de la disciplina Educación y Desarrollo de la Personalidad.
· Caracterizar las fundamentales tendencias del desarrollo de la personalidad de la etapa en que se encuentran los alumnos que integran la muestra seleccionada para su trabajo investigativo.
En todos los casos resulta fundamental la realización de una amplia y actualizada revisión bibliográfica.

Tema 1. La concepción de la personalidad en la psicología histórico cultural.
El objetivo esencial de la educación en cualquier país, independientemente del régimen socioeconómico de que se trate, es la formación de la personalidad de sus ciudadanos, en particular de las generaciones más jóvenes. Se trata de preparar a las personas desde las más tempranas edades no solo para vivir en esa sociedad sino también para perpetuarla y contribuir a su desarrollo.
Por supuesto, no todas las sociedades tienen las mismas aspiraciones en relación con las particularidades de personalidad que desearían desarrollar en sus miembros. En cada caso se ha ido elaborando un modelo particular del tipo de hombre que desean formar en correspondencia con las necesidades, posibilidades, aspiraciones, tradiciones socio-culturales e históricas propias, lo cual no niega la existencia de rasgos comunes que se relacionan con ciertos valores humanistas que se consideran universales.
Existen variadas concepciones como el psicoanálisis y las posiciones humanistas, que han elaborado sistemas teóricos a partir de los cuales se realizan propuestas metodológicas relativas al proceso de formación de la personalidad, algunas de las cuales han sido ampliamente divulgadas en América Latina. Los educadores han de conocer estas concepciones pero les resulta imprescindible apropiarse de una teoría de la personalidad que contribuya al enriquecimiento de su labor educativa.

La comprensión de la personalidad en la psicología histórico cultural.
En la psicología histórico cultural se reconoce la complejidad de la categoría personalidad y la necesidad de su estudio multidisciplinario, ciencias tales como la filosofía, la estética, las ciencias jurídicas, la sociología, la pedagogía y la psicología, entre otras ciencias sociales se ocupan de su investigación.
Se observan dos tendencias complementarias en el estudio multilateral de la personalidad, por una parte, el intento de integrar los resultados que se obtienen por las diferentes ciencias en un sistema único donde se considera la personalidad como objeto general de estas ciencias diversas; y, por otra parte, la tendencia a delimitar con mayor precisión los aspectos específicos que debe abordar cada ciencia, o sea definir el objeto particular de investigación de cada ciencia en cuestión tomando la personalidad como objeto general.
La comprensión de la personalidad en la psicología histórico cultural se relaciona y fundamenta en otras importantes categorías psicológicas que han sido reelaboradas en los marcos de esta concepción psicológica: psiquis, conciencia, actividad, comunicación, entre las más importante.
La introducción del concepto de personalidad en la psicología, significa ante todo que en la explicación de los fenómenos psíquicos se parte del hombre como ser material en sus correlaciones con el mundo. Todos los fenómenos psíquicos, en sus interconexiones, pertenecen a un hombre concreto, vivo actuante, dependen y se derivan del ser natural y social del hombre y de las leyes que lo determinan.(Rubinstein, 1965, p. 161-162)

S. L. Rubinstein enunció así el enfoque personológico: todos los procesos, propiedades y estados psíquicos sólo pueden ser analizados en el contexto de la personalidad; todos los fenómenos psíquicos pertenecen a un individuo concreto, están determinados por su ser social e individual.
Al hacer referencia a la comprensión de la personalidad en esta concepción psicológica pudiera esperarse erróneamente que los autores que se adscriben a ella sostuvieran criterios monolíticos en relación con la mencionada categoría. El estudio de la personalidad se ha realizado desde diferentes ángulos en los marcos de la psicología histórico cultural encontrándose variadas interpretaciones que, a nuestro juicio, han enriquecido notablemente la investigación psicológica y han constituido fuente importante para la elaboración de fundamentos comunes para la comprensión general de la personalidad en esta orientación psicológica.
La unidad en las posiciones de estos autores se fundamenta en que parten de una base metodológica común (la filosofía marxista-leninista) que, conjuntamente con los resultados de las investigaciones, ha contribuido a la elaboración de los principios esenciales de la psicología histórico cultural que al aplicarse al estudio de la personalidad permiten distinguir determinados aspectos generales o criterios metodológicos, en la comprensión de la personalidad que resultan típicos de la concepción psicológica que nos ocupa. Resulta necesario insistir en que no se tratatodavía de una teoría universal de la personalidad (Shorojova,1985, p. 28)

La comprensión general de la personalidad en la psicología histórico cultural se fundamenta en el reconocimiento de un conjunto de criterios esenciales. Debe señalarse que al respecto pueden encontrarse diferentes interpretaciones y matices, e incluso, autores que no hacen referencia explícita a cada uno de estos criterios o que enfatizan en sus teorías sólo algunos de ellos, pero de un modo u otro, en su conjunto, los asumen y constituyen postulados básicos de sus estudios.

En nuestra opinión la concepción general de la personalidad en la psicología histórico cultural reconoce:
- El carácter sociohistórico de la personalidad.
- Su carácter activo y transformador.
- La unidad de lo biológico y lo social en la personalidad.
- La importancia de la actividad y la comunicación en el proceso de formación y desarrollo de la personalidad.
- Determinadas características generales de la personalidad: individualidad, integridad, estabilidad, estructura.
- La unidad de lo afectivo y lo cognitivo.
- La función reguladora de la personalidad.
Los aspectos señalados conforman una unidad, permiten en sus interrelaciones mutuas la comprensión dialéctico materialista de un fenómeno tan complejo como es la personalidad, por eso su enumeración responde sólo a fines didácticos pero una explicación más rigurosa exige un análisis de conjunto de los criterios dados.
El carácter sociohistórico de la personalidad es un postulado básico. La personalidad se concibe, tanto desde el punto de vista filogenético como ontogenético, como un producto del desarrollo del hombre en condiciones sociales e históricas concretas. Cada hombre vive en determinada sociedad, pertenece a una clase, participa en diferentes grupos sociales (familiar, escolar, laboral, de amigos y otros) en interacción con los cuales asimila puntos de vistas, costumbres, valores, conocimientos, etc. que influyen en el proceso de desarrollo y formación de la personalidad que transcurre durante toda la vida del individuo. Para algunos autores la definición misma de personalidad está determinada por su carácter sociohistórico. Según B. P. Ananiev la personalidad es el hombre como sujeto y objeto del proceso histórico-social, es el sujeto de la conducta social y de la comunicación.

Los vínculos entre la personalidad y la sociedad son estrechos y mutuos. La personalidad no es un producto pasivo de las condiciones y relaciones sociales; es el ser activo de estas relaciones, las cuales realiza, desarrolla y transforma en su actividad. Las relaciones sociales no existen como algo externo a la personalidad, estas determinan la personalidad en la medida en que ella participa activamente en la vida social. La personalidad se caracteriza por su actividad creadora, transformadora.
La personalidad se forma, se desarrolla y se manifiesta en la actividad, al mismo tiempo que constituye el nivel regulador de la actividad; es por ello precisamente que la actividad, la interrelación de todos sus tipos, constituye la vía fundamental para el estudio y formación de la personalidad. Al mismo tiempo se reconoce el importante papel de la comunicación en este proceso, el individuo deviene personalidad sólo cuando obra como sujeto de las relaciones sociales lo que implica intercambio e interacción con otras personas y, consecuentemente, influencias mutuas.

A. N Leontiev también destaca la esencia sociohistórica de la personalidad. En su comprensión de la personalidad el concepto de actividad resulta clave. La actividad del hombre es un sistema comprendido en el sistema de relaciones de la sociedad, constituye la transición mutua entre los polos sujeto - objeto. Es por ello que define la personalidad como el aspecto interno de la actividad.
La esencia de la personalidad es social pero ello no implica que se ignore la importancia de las propiedades naturales del ser humano en el proceso de su desarrollo. En este sentido surge la problemática de la interrelación de lo biológico y lo social en la personalidad. La solución de este problema se fundamenta en posiciones generales acerca de la imposibilidad de contraponer lo biológico y lo social en el hombre, pues en él lo natural está socialmente fundamentado, se ha formado en el propio proceso de desarrollo histórico de la sociedad; y, al mismo tiempo, no puede considerarse lo social al margen de lo biológico. Frecuentemente las diferencias entre los conceptos de individuo y personalidad se emplean como una vía para esclarecer esta cuestión.
Pero lo biológico y lo social no determinan mecánicamente las particularidades de la personalidad. No puede suponerse, por tanto, la posibilidad de manipularlas como simples variables independientes que al combinarse den un resultado esperado, o sea determinados rasgos específicos de personalidad. Lo biológico y lo social son solo premisas para el desarrollo de la personalidad, proceso en el cual tiene lugar un complejo sistema de interacciones.
Un principio básico en la concepción de la personalidad en la psicología histórico cultural es el que se refiere a la interrelación de lo interno y lo externo, pues explica la dependencia del proceso de desarrollo y formación de la personalidad de las condiciones externas e internas, evidenciándose que no se trata de un proceso automático de acción y reacción sino, por el contrario, es consecuentemente dialéctico. Las condiciones externas determinan la formación de las condiciones internas pero en la medida en que estas últimas se van formando mediatizan las influencias de las condiciones externas, así como de sus interrelaciones.

Para S. L Rubinstein la personalidad es el conjunto de condiciones internas concatenadas entre sí en una unidad a través de las cuales se refractan las influencias externas, enfatiza así el autor su posición acerca de la importancia de lo interno como esencial en la conceptualización de la personalidad y su comprensión del determinismo dialéctico entre las condiciones internas y las causas externas.
Aunque existen numerosos definiciones acerca del concepto de personalidad, en la medida en que la psicología como ciencia ha ido desarrollándose, se evidencia la aplicación del enfoque sistémico en la tendencia creciente a estudiar la personalidad como una formación íntegra que posee diversos niveles, donde los niveles superiores regulan el comportamiento y la actividad del sujeto. Se considera que la personalidad, a través de los diferentes niveles que la integran, es el nivel regulador superior del psiquismo humano.
Se acepta en general, aunque suelen definirse de diferentes formas, que la personalidad se caracteriza por un conjunto de características generales tales como: integridad, individualidad, constancia, estructura y por su función reguladora, en esta última resulta necesario detenerse.

S.L Rubinstein, al destacar la importancia del estudio de la personalidad para la psicología, subraya que sin la conciencia y la autoconciencia no tiene sentido hacer referencia a la personalidad, por tanto, el proceso de formación de la personalidad es ineludiblemente el proceso de formación de la conciencia y la autoconciencia. En la psicología histórico cultural se enfatiza que mediante la autoconciencia la personalidad tiene conciencia de sí misma, de todas sus cualidades y particularidades individuales, de sus defectos y virtudes fundamentales, limitaciones y potencialidades; posibilita la relación de la personalidad con su mundo interior y es esencial en sus interrelacionessociales. Destaca S. L. Rubinstein que la autoconciencia, como nivel superior del desarrollo de la conciencia, cumple en la vida psíquica de la personalidad la función de autorregulación, de conocimiento y relación hacia sí misma.

La función reguladora de la personalidad constituye una característica esencial y definitoria de esta categoría. Expresa el carácter activo y consciente de la personalidad tanto en sus relaciones con el medio en que vive como con respecto a su propia persona. Esta función explica cómo la personalidad regula su actividad durante el proceso de búsqueda, planteamiento y logro de sus objetivos, lo que se evidencia en las reflexiones que el sujeto realiza sobre sus posibilidades reales de lograr uno u otro propósito, la elaboración de planes y proyectos para el futuro, la valoración de las vías y medios para alcanzarlos así como en el análisis sistemático del cumplimiento de los objetivos planteados, el esfuerzo volitivo que despliega durante todo el proceso y, en general, en toda la actividad realizada por la personalidad.
Al definir el concepto de personalidad la autora L. I. Bozhovich enfatiza que solo cuando el hombre ha alcanzado un elevado nivel de desarrollo psíquico que lo hace capaz de dirigir su conducta y actividad, e incluso, su propio desarrollo psíquico, llega a ser una personalidad. Coloca en el centro de la definición dada las posibilidades autorreguladoras del ser humano y precisa que la mencionada función es producto del proceso de desarrollo de cada ser humano.

No es casual que no se haya hecho referencia a determinada estructura de la personalidad como típica de las posiciones más representativas en la psicología histórico cultural. Realmente puede encontrarse una amplia variedad de criterios acerca de la estructura de la personalidad y sus correspondientes componentes. Sin embargo, debe destacarse la tendencia predominante a subordinar los problemas estructurales a los funcionales, en el empeño de los autores por lograr un enfoque sistémico en el estudio de la personalidad. La propuesta de la autora L. I. Bozhovich acerca de las relaciones entre los componentes de la personalidad en las diferentes etapas del desarrollo y sobre la esfera motivacional como núcleo o componente conformador del sistema, puede ejemplificar esta tendencia.

S. L. Rubinstein consideró que la función reguladora de la psiquis se expresa como regulación inductora y como regulación ejecutora y en cada uno de los aspectos de esta función intervienen determinadas propiedades psíquicas como el carácter y el sistema de motivos que lo integran (regulación inductora) y las capacidades (regulación ejecutora). En la actualidad algunos autores se apoyan en las consideraciones de Rubinstein y consideran dos grandes esferas que intervienen en la función reguladora de la personalidad: la afectivo- motivacional y la cognitivo-instrumental y enfatizan la unidad entre lo afectivo y lo cognitivo como condición esencial para el desarrollo de la función reguladora. También suele emplearse en este contexto el concepto de formaciones psicológicas.

Otros autores en los marcos de la psicología histórico cultural consideran que no resulta válido dividir lo afectivo y lo cognitivo en la estructura de la personalidad, aunque se declare su unidad, y que cada formación psicológica como nivel superior de regulación psíquica de la personalidad implica la unidad de lo afectivo y lo cognitivo. La determinación del término de formaciones psicológicas contribuye a superar los enfoques atomista y estructuralista que se manifestaron en etapas anteriores del desarrollo de la psicología en el estudio de la personalidad.

Tema 2. Desarrollo y formación de la personalidad. Importancia de la actividad y la comunicación en este proceso.
El punto de partida para el análisis de las complejas relaciones entre el desarrollo y laeducación es la comprensión de la concepción del desarrollo de que se trate, al respecto pueden encontrarse en el decursar de la Psicología variadas posiciones. Las diferentes teorías contienen supuestos implícitos e explícitos acerca de cómo se produce el desarrollo, su naturaleza, y sus causas, qué factores lo favorecen o lo dificultan, cuál es la importancia relativa de los factores biológicos y ambientales, cuáles son los aspectos del desarrollo que tiene más importancia estudiar y con qué métodos, o cuáles son las unidades de la conducta a las que hay que prestar atención. Todos estos aspectos son muy relevantes para entender el desarrollo pero no todas las posiciones teóricas comparten las mismas ideas sobre ellos.( Delval, 1994)
Jesús Palacios (1997) ha agrupado las orientaciones teóricas clásicas acerca del desarrollo en tres modelos fundamentales: mecanicistas, organicistas y modelo del ciclo vital, los que facilitan la comprensión de los diversos puntos de vista acerca de relación entre educación y desarrollo.

La concepción histórico cultural ha desarrollado una comprensión del desarrollo psíquico, y de sus relaciones con la educación, a tenor con sus fundamentos metodológicos.
En la psicología histórico cultural se hace referencia a los conceptos de desarrollo psíquico y de desarrollo de la personalidad, ambos se diferencian pero al mismo tiempo están estrechamente vinculados. Para explicar cómo se comprende el desarrollo psíquico en los marcos de la concepción psicológica que nos ocupa es necesario considerar que a la psiquis le es inherente una sucesión de transformaciones estructurales y funcionales, tanto en el curso del desarrollo histórico de la sociedad como en el curso del desarrollo individual.

La psicología histórico cultural ha realizado importantes aportes a la comprensión del proceso del desarrollo psíquico del hombre. El desarrollo es un proceso que se produce a través de la apropiación por parte del individuo de la cultura desarrollada por la sociedad; el desarrollo psíquico se interpreta y analiza como un producto del proceso de apropiación de las distintas formas de la experiencia social.
Se enfatiza así que las funciones psíquicas específicamente humanas, no son innatas, se originan en las relaciones del individuo con su contexto cultural y social. Para L. S Vigotsky las funciones psíquicas superiores no poseen un origen natural, sino que surgen, se forman y se desarrollan en el curso de desarrollo histórico social.
El proceso de apropiación de la cultura humana conduce no sólo a la asimilación de los procedimientos para la realización de los distintos tipos de actividad y los modos de interacción social, sino que conduce a la formación de todos los procesos psíquicos, formaciones psicológicas de diferentes niveles de complejidad y de las cualidades de personalidad correspondientes. Es mediante su actividad y con la ayuda de los otros, en un proceso mediatizado por los instrumentos y sistemas de signos construidos históricamente, que el niño se apropia de la experiencia social acumulada por la humanidad, que se encuentra en los productos de la actividad material y espiritual y es asimilada por el hombre a lo largo de su vida.

Como resultado del proceso de desarrollo se producen en el hombre importantes cambios morfofuncionales, psíquicos y sociales. Las nuevas particularidades que surgen en el proceso de desarrollo se preparan durante un periodo largo y, frecuentemente, las numerosas transformaciones que tienen lugar no se revelan a la observación cotidiana sino cuando aparece la nueva cualidad. Así, el desarrollo implica un movimiento desde los niveles inferior a los superiores, en espiral, donde lo nuevo contiene a lo viejo, pero al mismo tiempo lo supera. Ejemplos sencillos, comprensibles para todos, como el desarrollo físico en la infancia y la adolescencia, o el desarrollo del lenguaje en la edad temprana pueden ilustrar la comprensión materialista dialéctica del desarrollo que fundamenta las posiciones de la psicología histórico cultural al explicar el desarrollo psíquico y el desarrollo de la personalidad.
Todo aquello que la personalidad debe asimilar en el proceso de su formación y desarrollo se encuentra inicialmente fuera de ella, en el mundo que la rodea, en la experiencia, en la cultura de la humanidad, en la actividad y en la comunicación con las demás personas.
De este modo se argumenta uno de los pilares fundamentales de la concepción del desarrollo psíquico que sostiene la psicología histórico cultural: el desarrollo psíquico va de lo social a lo individual, de lo interpsíquico a lo intrapsíquico.
Las relaciones entre las categorías personalidad, actividad y comunicación son muy estrechas en la psicología histórico cultural y han sido objeto de no pocas polémicas.
En la concepción histórico cultural la actividad se encuentra entre las categorías que han recibido mayor atención y profundización, mientras que la categoría comunicación, aunque considerada desde los inicios de esta teoría, durante varias décadas fue relegado su estudio. En las décadas del setenta y ochenta, en la medida en que se extendían y profundizaban las investigaciones vinculadas con la comunicación surgió una importante discusión científica liderada por A.A. Leontiev (1979) y B. F. Lomov (1989), en la que el primero defendía la posición de que la comunicación no constituye una categoría independiente de la psicología y solo puede ser analizada en el ámbito de la actividad: como uno de sus casos particulares, como una forma de la misma o como una acción. B. F. Lomov insistió en los argumentos que demostraban que la comunicación puede considerarse como una categoría independiente de la psicología:
El esclarecimiento de las relaciones entre las categorías de actividad y comunicación contribuye a una mejor comprensión del principio de la unidad dialéctica entre lo interno y lo externo que resulta esencial en el análisis del proceso de formación de la personalidad.
Las interrelaciones de la personalidad en desarrollo con su medio social se concretizan en sus vínculos con el mundo de los objetos, a través de la actividad (relación sujeto-objeto) y con las demás personas (relación sujeto-sujeto) en el proceso comunicativo mediante el cual se realiza el intercambio mutuo de actividades, representaciones, ideas, actitudes, intereses, etc. Mientras que un resultado fundamental de la actividad es la transformación del objeto específico (material o ideal), en el caso de la comunicación se trata del establecimiento de relaciones con otras personas, pero en los límites de ambos procesos tiene lugar el proceso de formación y desarrollo de la personalidad.
Pero estos procesos no son excluyentes ni pueden acotarse rígidamente; frecuentemente en los marcos de la actividad se desarrolla el proceso comunicativo entre los sujetos que participan en ella, y también durante las relaciones y el intercambio entre las personas se llevan a cabo determinadas actividades.
En nuestra realidad los profesores e investigadores al estudiar el desarrollo intelectual han constatado que en parte de las muestras estudiadas se manifiestan dificultades relativas a cierta

sábado, 5 de mayo de 2012

TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA




ANOREXIA

Criterios para el diagnóstico de F50.0 Anorexia nerviosa [307.1]
A. Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla (p. ej., pérdida de peso que da lugar a un peso inferior al 85 % del esperable, o fracaso en conseguir el aumento de peso normal durante el período de crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85 % del peso esperable).

B. Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.
C. Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
D. En las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos. (Se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales, p. ej., con la administración de estrógenos.)
Especificar el tipo:
Tipo restrictivo: durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo no recurre regularmente a atracones o a purgas (p. ej., provocación del vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas)
Tipo compulsivo/purgativo: durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo recurre regularmente a atracones o purgas (p. ej., provocación del vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas)


BULIMIA
Criterios para el diagnóstico de F50.2 Bulimia nerviosa [307.51]
A. Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por: (1) ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (p. ej., en un período de 2 horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias
(2) sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (p. ej., sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo)
B. Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.
C. Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces a la semana durante un período de 3 meses.
D. La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales.
E. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de la anorexia nerviosa.
Especificar tipo:
Tipo purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo se provoca regularmente el vómito o usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso
Tipo no purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo emplea otras conductas compensatorias inapropiadas, como el ayuno o el ejercicio intenso, pero no recurre regularmente a provocarse el vómito ni usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso

F50.9 Trastorno de la conducta alimentaria no especificado [307.50]

La categoría trastorno de la conducta alimentaria no especificada se refiere a los trastornos de la conducta alimentaria que no cumplen los criterios para ningún trastorno de la conducta alimentaria específica. Algunos ejemplos son:
1. En mujeres se cumplen todos los criterios diagnósticos para la anorexia nerviosa, pero las menstruaciones son regulares.
2. Se cumplen todos los criterios diagnósticos para la anorexia nerviosa excepto que, a pesar de existir una pérdida de peso significativa, el peso del individuo se encuentra dentro de los límites de la normalidad.
3. Se cumplen todos los criterios diagnósticos para la bulimia nerviosa, con la excepción de que los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas aparecen menos de 2 veces por semana o durante menos de 3 meses.
4. Empleo regular de conductas compensatorias inapropiadas después de ingerir pequeñas cantidades de comida por parte de un individuo de peso normal (p. ej., provocación del vómito después de haber comido dos galletas).
5. Masticar y expulsar, pero no tragar, cantidades importantes de comida.
6. Trastorno por atracón: se caracteriza por atracones recurrentes en ausencia de la conducta compensatoria inapropiada típica de la bulimia nerviosa (v. pág. 745 para los criterios que se sugieren).




martes, 1 de mayo de 2012

ANSIEDAD, TRASTORNO DE ANSIEDAD Y ESTRÉS


ANSIEDAD, TRASTORNO DE ANSIEDAD Y ESTRÉS

ANSIEDAD DEFINICIÓN


La ansiedad es sobre todo una reacción de miedo. El miedo por sí mismo es muy útil y perfectamente natural, el problema sobreviene cuando no hay una razón racional para sentir esa angustia. Para nuestros antepasados huir cuando venía un tigre a comérselos era una reacción perfectamente lógica, pero si no hay ningún tigre ¿porqué salimos corriendo? La reacción de alarma, en ese caso es excesiva y prepara al organismo para enfrentarse ante un peligro que no existe, convirtiéndose en algo perjudicial. De esta manera, el pulso  y la respiración se aceleran, la transpiración se dispara y se produce tensión muscular. Todos estos síntomas, cuando se producen frecuentemente producen las diversas formas de ansiedad

El concepto de ansiedad tiene su origen en el término latino anxiĕtas. Se trata de la condición de una persona que experimenta una conmoción, intranquilidad, nerviosismo o preocupación. Para la medicina, la ansiedad es el estado angustioso que puede aparecer junto a una neurosis u otro tipo de enfermedad y que no permite la relajación y el descanso del paciente.

Por ejemplo: “Siento una gran ansiedad por el recital de esta noche”“Trata de dominar tu ansiedad, que en ese estado de nerviosismo las cosas te pueden salir mal”“Gran ansiedad por el partido de semifinales”.
Cabe resaltar que la ansiedad no siempre es patológica, sino que es una emoción común como el miedo o la felicidad. La ansiedad, en este sentido, es necesaria para sobrevivir ante ciertos riesgos ya que pone a la persona en alerta.
Cuando un individuo se encuentra en un estado de ansiedad, sus facultades de percepción aumentan ya que se registra una necesidad del organismo de aumentar el nivel de ciertos elementos que, ante la situación, están por debajo de lo normal.

El sistema dopaminérgico, de este modo, se pone en marcha para que el ser humano pueda enfrentar un peligro o un conflicto. El problema está cuando esta facultad innata del individuo se torna patológica, lo que refleja la existencia de un trastorno de ansiedad.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos trastornos incluyen a los ataques de pánico, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y las fobias. Para superar los trastornos de ansiedad, los profesionales pueden suministrar remedios ansiolíticos o sugerir terapias psicológicas.


Un trastorno es una alteración de la salud o un estado de enajenación mental. El concepto hace referencia a un desequilibrio que perturba el sentido o la conducta de un sujeto.
La ansiedad, por su parte, es un estado de inquietud o agitación del ánimo. Aunque no siempre es patológica (sino que es una emoción común que cumple con una función vinculada a la supervivencia), la ansiedad puede acompañar a algunas enfermedades como la neurosis.
En un estado de ansiedad, el sistema dopaminérgico del organismo se pone en funcionamiento como una respuesta frente a ciertos problemas o peligros. Cuando esta característica innata se transforma en patológica, estamos ante la presencia de un trastorno de ansiedad.

Existen diversos tipos de trastornos de ansiedad. El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) presenta una preocupación excesiva y constante respecto a diversos temas, pese a que el individuo no esté sufriendo ningún problema importante en particular. El TAG se refleja en problemas para dormir, irritabilidad, cansancio frecuente y contracturas musculares.
Los trastornos de ansiedad secundarios están vinculados al consumo de ciertas sustancias (como la cafeína, la marihuana o la cocaína), a una condición médica (hipertiroidismo, hipoglucemia) o a otros trastornos psicológicos (fobias, anorexia nerviosa u otros).
Por último, podemos mencionar a los trastornos de ansiedad social, que aparecen relacionados con los encuentros y reuniones sociales. De esta forma, quienes padecen este trastorno se sienten incómodos e inseguros cuando mantienen conversaciones o participan de fiestas, por ejemplo. El problema radica en el temor exagerado a ser objeto de un juicio negativo por parte del otro.


TRASTORNO DE ANSIEDAD

La crisis de angustia (panic attack) se caracteriza por la aparición súbita de síntomas de aprensión, miedo pavoroso o terror, acompañados habitualmente de sensación de muerte inminente.
Durante estas crisis también aparecen síntomas como falta de aliento, palpitaciones, opresión o malestar torácico, sensación de atragantamiento o asfixia y miedo a «volverse loco» o perder el control.
La agorafobia se caracteriza por la aparición de ansiedad o comportamiento de evitación en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil (o embarazoso), o bien donde sea imposible encontrar ayuda en el caso de que aparezca en ese momento una crisis de angustia o síntomas similares a la angustia.
El trastorno de angustia sin agorafobia se caracteriza por crisis de angustia recidivantes e inesperadas que causan un estado de permanente preocupación al paciente. El trastorno de angustia con agorafobia se caracteriza por crisis de angustia y agorafobia de carácter recidivante e inesperado.
La agorafobia sin historia de trastorno de angustia se caracteriza por la presencia de agorafobia y síntomas similares a la angustia en un individuo sin antecedentes de crisis de angustia inesperadas.
La fobia específica se caracteriza por la presencia de ansiedad clínicamente significativa como respuesta a la exposición a situaciones u objetos específicos temidos, lo que suele dar lugar a comportamientos de evitación.
La fobia social se caracteriza por la presencia de ansiedad clínicamente significativa como
respuesta a ciertas situaciones sociales o actuaciones en público del propio individuo, lo que suele dar lugar a comportamientos de evitación.
El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por obsesiones (que causan ansiedad y malestar  significativos) y/o compulsiones (cuyo propósito es neutralizar dicha ansiedad).
El trastorno por estrés postraumático se caracteriza por la reexperimentación de acontecimientos altamente traumáticos, síntomas debidos al aumento de la activación (arousal) y comportamiento de evitación de los estímulos relacionados con el trauma.
El trastorno por estrés agudo se caracteriza por síntomas parecidos al trastorno por estrés postraumático que aparecen inmediatamente después de un acontecimiento altamente traumático.
El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por la presencia de ansiedad y preocupaciones de carácter excesivo y persistente durante al menos 6 meses.
El trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica se caracteriza por síntomas prominentes de ansiedad que se consideran secundarios a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad subyacente.
El trastorno de ansiedad inducido por sustancias se caracteriza por síntomas prominentes de ansiedad que se consideran secundarios a los efectos fisiológicos directos de una droga, fármaco o tóxico.
El trastorno de ansiedad no especificado se ha incluido en esta sección con el objetivo de poder acoger aquellos trastornos que se caracterizan por ansiedad o evitación fóbica prominentes, que no reúnen los criterios diagnósticos de los trastornos de ansiedad específicos ya mencionados (bien síntomas de ansiedad sobre los que se dispone de una información inadecuada o contradictoria).
Debido a que el trastorno por ansiedad de separación (que se caracteriza por la aparición de ansiedad coincidiendo con la separación de las figuras paternas) suele aparecer en la infancia, se incluye en la sección «Otros trastornos de la infancia, la niñez o la adolescencia» (v. pág. 116).
La evitación fóbica que se limita exclusivamente al contacto sexual genital con parejas sexuales se denomina trastorno por aversión al sexo y se encuentra recogido en la sección «Trastornos sexuales y de la identidad sexual»


ANSIEDAD Y ESTRÉS


Es difícil diferenciar entre ansiedad y estrés. La ansiedad delante de un hecho es como “nuestro ángel de la guarda”, nos mantiene alerta, la ansiedad es adaptativa al medio.
A veces la ansiedad se convierte en patológica, disparándose de forma imprevista en acontecimientos triviales. El ser humano tiene memoria y cognición, y no sólo es capaz de estar delante de un hecho sino que es capaz de recordar lo que le produjo la ansiedad temiendo volver a tenerla delante de estímulos parecidos.
La mujer es más sensible a padecer ansiedad por factores genéticos y culturales, el hecho de estar siempre al cuidado de los hijos, la constante vigilancia para que no les pase nada, y por otro lado que una niña tenga miedo es normal sin embargo al hombre no se le permite ser miedoso. Padecer ansiedad es normal.


Ansiedad & angustia
Hay lenguas que no hacen distinción entre estos dos conceptos, por ejemplo los anglosajones. Sin embargo en castellano, aleman y catalán se le atribuye a la ansiedad más un componente psicológico y a la angustia un componente más fisiológico.

Ansiedad de estado
Estado caracterizado por sentimientos de aprensión, incertidumbre, tensión, preocupación que experiemnta una persona delante de una situación determinada por la anticipación de una amenaza real o imaginaria. 


Angustia
Delante de una situación concreta una persona puede expresar una reacción de ansiedad durante un período de tiempo acompañado de cambios conductuales y fisiológicos.

Ansiedad como rasgo
Diferencias individuales relativamente estables que muestran las personas respecto a la propensión a la tendencia a padecer estados de ansiedad. La ansiedad de rasgo suele tener puntuaciones más altas en el test que en la ansiedad de estado.

Estres
El estrés se refiere a cualquier exigencia más o menos que produzca un estado de tensión y que pida un cambio o una adaptación. 

Es la manera de verlo como un estímulo. Estos estímulos pueden ser cualquier cosa (un examen, un casamiento, una separación matrimonial, un viaje), son cambios que exigen una adaptación.
Otra manera de ver el estrés es como respuesta fisiológica, el autor que dio esta definición tan conocida fue Selye. Cuando estamos en una situación de tensión el cuerpo está padeciendo estrés, esta situación implica cambios fisiológicos, motores, nos movemos más rápido, aumenta la tensión arterial, estos cambios también se relacionan con cambios emocionales y conductuales. A más estrés más padece nuestro cuerpo.
Otros autores como Lazarus y Folkman no están deacuerdo ni con el estrés como estímulo ni con el estrés como respuesta tensional o fisiológica. Si se considera como estímulo se olvidan las características personales y si solo se considera como respuesta fisiológica, hay que considerar que estas mismas respuestas ocurren en situaciones como el enamoramiento, y sin embargo este sobreesfuerzo es positivo para el cuerpo. Para estos autores lo importante es como la persona percibe esta situación. 

¿CÓMO DIFERENCIAR ENTRE ANSIEDAD Y ESTRÉS?
Si estamos delante de un examen, en ese momento diremos que estamos ansiosos o nerviosos. Pero si hablamos de la época de exámenes diremos más que estamos estresados. Si hablamos de trabajo, hablamos de estrés laboral, mi trabajo es muy estresante, nunca hablaremos de ansiedad. Sólo hablaremos de ansiedad cuando estemos en una situación de riesgo. Hablamos de estrés post-traumático cuando hemos sufrido una violación o un accidente de tráfico; nunca se habla de ansiedad post-traumática.