sábado, 14 de julio de 2012

Relación entre la personalidad del niño y su desarrollo según Vygotski


Propósito


El objetivo del presente trabajo consiste en conocer la relación que existe entre la  personalidad y el desarrollo del niño, a través de la comprensión de  la teoría socio-histórica constructivista, conociendo lo que ella responde a dicha interrogante. Específicamente, haremos un recorrido por el enfoque constructivista social de Vygotski.

Presentación del punto

1- Concepto de desarrollo
A la hora de definir el desarrollo infantil Vygotski lo hace diciendo que  “ se trata de un complejo proceso dialéctico que se distingue por una complicada periodicidad, la desproporción en el desarrollo de las diversas funciones, la metamorfosis o transformación cualitativa de unas formas en otras, un entrelazamiento complejo de procesos evolutivos e involutivos, el complejo cruce de factores externos e internos, un complejo proceso de superación de dificultades y de adaptación” (Vygotski, 1931:141).

 El autor entiende que existe un desarrollo cultural-histórico,  además del desarrollo natural-biológico del niño, y que este no se puede estudiar de la misma forma en que se estudian las funciones elementales del niño. Vygotski entiende que este desarrollo cultural debe estudiarse históricamente, siguiendo la línea de investigación del método dialéctico, es decir, a grandes rasgos, estudiar los procesos en movimiento, desde que surgen hasta que desaparecen.

En el primer capítulo de su obra, Vygotski encuentra una primera diferencia entre estos dos tipos de desarrollo: “el desarrollo de las funciones psíquicas superiores transcurre sin que se modifique el tipo biológico del hombre, mientras que el cambio del tipo biológico es la base del tipo evolutivo del desarrollo” (Vygotski, 1931:31).

Entiende que las funciones psíquicas superiores son producto del desarrollo social de la conducta y no del desarrollo biológico: “En el proceso del desarrollo histórico, el hombre social modifica los modos y procedimientos de conducta, transforma sus inclinaciones naturales y funciones, elabora y crea nuevas formas de comportamiento específicamente culturales” (Vygotski, 1931:34). El desarrollo de dichas funciones es clave para el desarrollo cultural del comportamiento.

 Dentro de ese desarrollo cultural ubica dos ramas bien diferenciadas del desarrollo de las formas superiores de conducta. En la primera rama ubica a los procesos de dominios de los medios externos del desarrollo cultural y del pensamiento,  tales como el lenguaje, la escritura y el cálculo. Y en la segunda rama ubica a los procesos de desarrollo de las funciones psíquicas superiores especiales, a las que no limita ni determina con exactitud en un principio.

Explicita que “al hablar del desarrollo cultural del niño nos referimos al proceso que corresponda al desarrollo psíquico que se produce a lo largo del desarrollo histórico de la humanidad” (Vygotski, 1931:35).
Para clarificar las etapas de desarrollo que plantea la teoría socio-histórica ,y dar inicio a nuestro análisis, me parece pertinente citar a Moll:  “Los fundadores de la escuela socio histórica subrayan que una teoría de desarrollo humano debe dar cuenta de cambios que se producen simultáneamente en cuatro niveles históricos: el desarrollo de la especie (dominio filogénico), la historia de los seres humanos desde su emergencia como especie diferenciada (dominio histórico), la historia individual de los niños (dominio ontogenético), y como desarrollo de procesos particulares en el curso de interacciones experimentales en una única sesión experimental ( dominio microgenético)”.(Moll,1993:112)

2- Desarrollo del punto

Para comenzar con nuestro análisis partimos de la siguiente premisa: “…el desarrollo y el cambio del niño, se producen en una activa adaptación al medio exterior” (Vygotski, 1931:142). Esa adaptación se produce a través del uso de herramientas con las que el niño logra influir sobre el objeto de su actividad. Vygotski toma de Jennings el concepto de sistema de actividad, dicha idea “designa los modos y las formas de conducta  (actividad) de las que dispone cada animal y que constituyen un sistema condicionado por los órganos y la organización del animal” (Vygotski, 1931:36). A este concepto Vygotski agrega que los seres humanos, al igual que los animales tienen un sistema de actividad, pero que la gran diferencia entre ambos se encuentra en que los seres humanos amplían el radio de su actividad gracias al uso de herramientas. Las herramientas a las que hace mención  son el cerebro y la mano,  a través del uso de las mismas los humanos extienden su gama de conductas. 

Vygotski agrega a este razonamiento la idea de que en la filogénesis el sistema  orgánico de actividad y el sistema de actividad instrumental existen por separado y de forma independiente. Pero durante la ontogénesis ambos se unifican generando “un proceso de desarrollo completamente especial”  (Vygotski, 1931:38).  Es decir que el uso de las herramientas ocurre debido a la existencia de los órganos y funciones específicos del ser humano. “La inserción del niño en la cultura está determinada por la maduración de los aparatos correspondientes” (Vygotski, 1931:41). 
Encontramos otra definición de actividad brindada por Pozo que sintetiza las ideas arriba desarrolladas: “La actividad es un proceso de transformación del medio a través de uso de instrumentos”. (Pozo, 1997:194).  Vygotski distingue dos tipos de instrumentos mediadores, “las herramientas, que actúan directamente sobre los estímulos, modificándolos, y los signos, que modifican al propio sujeto y a través de este a los estímulos” (Pozo, 1997:194). Al hablar de signo, lo define de la siguiente manera: “Llamamos signos a los estímulos-medios artificiales introducidos por el hombre en la situaciones psicológica, que cumplen la función de autoestimulación.” (Vygotski, 1931:88).

 A su vez, Vygotski diferencia entre las funciones psíquicas rudimentarias y las funciones psíquicas superiores. Para él, las primeras son “las funciones psíquicas conservadas hasta hoy, que no realizan ninguna misión esencial en la conducta del individuo y son vestigios de sistemas de comportamiento más antiguo” (Vygotski, 1931:65). Es la autoestimulación, mencionada en el párrafo anterior, lo que diferencia las funciones psíquicas rudimentarias de las funciones psíquicas superiores. Según el autor lo que ocurre es que una forma de conducta inferior correspondientes a las funciones psíquicas rudimentarias, pasa a ser una forma de conducta superior correspondiente a las funciones psíquicas superiores. Esto ocurre a través de la relación Estimulo- Respuesta, donde la autoestimulación sería la diferencia entre la primera y la segunda forma de conducta. A través de la autoestimulación el sujeto crea estímulos medios que generaran la conducta superior. O dicho de otra forma: “es el hombre el que crea los estímulos y los utiliza para dominar su propia conducta” (Vygotski, 1931:77).

En efecto, Vygotski identifica que “la significación es la creación y el empleo de los signos” (Vygotski, 1931:84). Dice a su vez, que esto es una diferencia clave entre animales y seres humanos.
 Utilizando estos instrumentos mediadores, el sujeto logra modificar al estímulo, y no sólo se limita a responder ante su presencia de modo reflejo o mecánico, como planteaban los conductistas, sino que actúa sobre el estímulo. “El concepto vygotskiano de mediador está más próximo al concepto piagetiano de adaptación como un equilibrio de asimilación y acomodación” (Pozo, 1997:195). 
Vygotski va a diferenciar entre dos clases diferentes de instrumentos mediadores, por un lado habla de herramientas físicas, como ser un martillo, y por otro habla de herramientas culturales, de sistemas de signos que median en nuestras acciones. “A diferencia de la herramienta, el símbolo no modifica materialmente al estímulo, sino que modifica a la persona que lo utiliza como mediador, y, en definitiva, actúa sobre la interacción de esa persona con su entorno”. (Pozo, 1997:195). A lo cual podemos agregar que Vygotski identifica la similitud que hay entre el signo y la herramienta diciendo que “es la función mediadora que ambos cumplen” (Vygotski, 1931:93). Es importante remarcar que “los instrumentos de mediación no cumplen un papel auxiliar o facilitante de la acción, sino que, por su inclusión en ella, producen un cambio en su estructura misma dando lugar a una nueva acción” (Baquero, 1999: 57) Dentro de la investigación de Vygotski veremos que relaciona dichos instrumentos con la constitución de los niveles superiores de funciones como la memoria y la atención. “El uso de instrumentos mediadores reorganiza estas funciones de un modo radical”. (Baquero, 1999: 57)

Vygotski va a especificar que la clave de su investigación consistirá en “estudiar el paso desde la influencia social, exterior al individuo, a la influencia social, interior del individuo” ” (Vygotski, 1931:87). Se podría deducir entonces, que habría un proceso mediante el cual el niño interioriza la influencia de lo social. Según el propio Vygotski, “En el desarrollo cultural del niño, toda función aparece dos veces: primero a nivel social-cultural, y más tarde a nivel psicológico, primero entre personas (inter psicológica) y luego en el interior del propio niño (intrapsicológica)…Todas las funciones psicológicas se originan como relaciones entre seres humanos” (Vygotski, 1931:150). A ese proceso de interiorización Vygotski le llama de “arraigo”. Plantea que: “si la operación externa se ha convertido en interna, entonces se ha realizado su arraigo al interior o el paso de la operación externa a la interna” (Vygotski, 1931:164).  Y además agrega en su planteo que “Es la sociedad y no la naturaleza la que debe figurar en primer lugar como el factor determinante de la conducta del hombre. En ello consiste toda la idea del desarrollo cultural de niño” (Vygotski, 1931: 89). Agrega además, que: “Las formas culturales de la conducta son las reacciones de la personalidad” (Vygotski, 1931:89).
Es la personalidad la que determina de qué forma se comporta el niño, y esto ocurre en base a la forma en que el niño haya sido influenciado socialmente. El hombre posee un cerebro especial, “es un cerebro de un ser social, y  las leyes de la actividad nerviosa superior del hombre se manifiestan y actúan en la personalidad” (Vygotski, 1931:84).
Siguiendo el análisis de Vygotski: “Las funciones psíquicas superiores se caracterizan por una relación especial con la personalidad. Representan la forma activa de las manifestaciones de la personalidad” (Vygotski, 1931:88).

El autor no brinda una definición exacta de lo que es personalidad pero de su obra se puede extraer que entiende por personalidad: “…el desarrollo de la propia síntesis psíquica superior que, con pleno fundamento, puede ser designado como personalidad del niño. La historia del desarrollo cultural del niño nos conduce a la historia del desarrollo de la personalidad” (Vygotski, 1931:45). Más adelante agrega que “…la personalidad es un concepto social, que abarca lo histórico en el ser humano. No es innata, surge domo resultado del desarrollo cultural…abarca la unidad de la conducta que se distingue por el indicio de dominio…” Vygotski, 1931:328).

A modo de clarificar el pensamiento de Vygotski con respecto a la personalidad y su relación con el desarrollo del niño, podríamos citarlo a él: “El desarrollo de la personalidad y el desarrollo de sus acciones son, de hecho, dos aspectos de un mismo proceso” (Vygotski, 1931:90).

Agrega Vygotski que en realidad “la  naturaleza psíquica del hombre viene a ser un conjunto de relaciones sociales trasladadas al interior y convertidas en funciones de la personalidad y en formas de su estructura” (Vygotski, 1931:151). Aquí queda planteada la relación de la personalidad con el desarrollo del niño. Podríamos inferir de su obra que una vez que las funciones psíquicas pasan a ser superiores avanzadas, estas se interiorizan, o arraigan, al individuo y se transforman en funciones de la personalidad. Incluso plantea que en realidad “el proceso del desarrollo cultural puede definirse en cuanto a su contenido, como el desarrollo de la personalidad del niño y de su concepción del mundo” (Vygotski, 1931:328).
Es incluso más claro el planteo de la relación personalidad-desarrollo cuando el autor nos dice: “La esencia del desarrollo cultural consiste en que el hombre domina los procesos de su propio comportamiento. Pero la premisa imprescindible para ese dominio es la formación de la personalidad, de modo que el desarrollo de una u otra función depende, y esta siempre condicionado por el desarrollo global de la personalidad” (Vygotski, 1931:329).

Conclusiones

En este trabajo encontramos que la idea central de la teoría socio-histórica de Vygotski hace referencia a que las funciones psíquicas superiores se originan en la vida social, es decir en la participación del sujeto en actividades compartidas con otros. “La teoría se propone analizar el desarrollo de los procesos psicológicos superiores a partir de la internalización de prácticas sociales especificas”. (Baquero, 1999: 32) Por lo tanto, estos procesos dependen de las situaciones sociales, de las experiencias, en las que el sujeto participe. A su vez, las funciones psíquicas superiores solo por el hecho de ser superiores, presuponen la existencia de otras funciones psicológicas elementales o primitivas. Sin embargo, la existencia de las primitivas no presupone condición suficiente para que se desarrollen  las funciones superiores. Para comprender este punto es necesario destacar aquellas características que diferencian los superiores de las primitivas. Las funciones superiores se constituyen dentro de la vida social y pertenecen únicamente a los seres humanos; regularizan las acciones en función de un control voluntario, sin depender del entorno que los rodea; están regulados conscientemente; se valen de instrumentos de mediación.
A su vez, Vygotski diferencia dentro de las funciones psíquicas superiores entre rudimentarias y avanzadas. Vygotski situaría en las rudimentarias al lenguaje oral, “en tanto Proceso Psicológico Superior adquirido en la vida social “general” y por la totalidad de los miembros de la especie. Su adquisición se produce por la internalización de actividades sociales organizadas, como el habla”. (Baquero, 1999: 34) Por lo tanto, se podría decir que las funciones psíquicas rudimentarias son universales y se vinculan a lo constitutivo del ser humano. Las funciones psíquicas avanzadas, por su parte, se caracterizan por utilizar en mayor grado los instrumentos de mediación  con mayor independencia del entorno y de la regularización voluntaria y realización consciente. Podríamos precisar a partir de nuestro análisis que existe un proceso mediante el cual el individuo logra interiorizar la influencia de lo social- cultural en él.              Podemos referirnos a la cita de Baquero: “Lo externo se identifica con lo social, por lo que la interiorización se refiere siempre a la reorganización interior de una operación psicológica puesta en juego en el medio social y, por tanto, ligada a la línea cultural de desarrollo”. (Baquero, 1999: 45).
El individuo logra ese arraigo o internalización de lo social a través de la actividad mediadora.  Es importante remarcar que “los instrumentos de mediación no cumplen un papel auxiliar o facilitante de la acción, sino que, por su inclusión en ella, producen un cambio en su estructura misma dando lugar a una nueva acción” (Baquero, 1999: 57). Vygotski va a diferenciar entre dos clases diferentes de instrumentos mediadores, por un lado habla de herramientas físicas, como ser un martillo, y por otro habla de herramientas culturales, de sistemas de signos que median en nuestras acciones. Dentro de la investigación de Vygotski veremos que relaciona dichos instrumentos con la constitución de los niveles superiores de funciones como la memoria y la atención. “El uso de instrumentos mediadores reorganiza estas funciones de un modo radical” (Baquero, 1999: 57).
Queda establecido entonces, que  Vygotski nos hace comprender que a través de la actividad mediadora, utilizando instrumentos, el niño logra dominar sus conductas, sus reacciones superiores,  a través del desarrollo de la personalidad. Es claro al determinar que “la personalidad asiste y participa como ser invisible en el proceso de dominio de sus propias reacciones” (Vygotski, 1931:329).
Bibliografía

Baquero, R (1999), Vygotski y el aprendizaje escolar, Ediciones AIQUE, Bs.As,  Argentina.
Moll, L (1993), Vygotski y la educación, Ediciones AIQUE, Bs.As,  Argentina.
Pozo, J.I. (1997), Teorías cognitivas del aprendizaje, Ediciones Morata, Madrid, España.
Vygotski, L (1931), Obras Escogidas III, Historia del desarrollo de las funciones psíquicas superiores.
Vygotski, L (1988), El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, Editorial Grijalbo, México.

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