La
psicocardiología es el área de la psicología de la salud que investiga y trata
los factores pisológicos que favorecen la aparición y el desarrollo de la
enfermedad cardiovascular, y en especial, de la cardiopatía coronaria.
Surge de la
reunion de varias especialidades, principalmente la psícologia y la cardiologia.Su
campo es la prevencion primaria, la prevencion secundaria y la rehabilitacion
de pacientes cardiacos.
Esta pagina ha sido pensada para ofrecer informacion integral sobre el tema. Esta abierta a profesionales, a pacientes, y a toda la comunidad, como un espacio de referencia y consulta.
Los invitamos a contactarnos. Envienos sus sugerencias y consultas. Publique sus articulos y anuncie aqui sus instituciones y eventos.
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Podemos
definir a la psicocardiología como la rama de la psicología de la salud que detecta
los factores de riesgo psicosociales que inciden en le desarrollo y
desencadenamiento de las enfermedades cardiovasculares, y las secuelas
psicológicas de los eventos cardíacos. Esta disciplina se constituye por la
reunión de varias especialidades —en particular, la cardiología y la
psicología— trabajando conjuntamente en la prevención primaria y secundaria de
la enfermedad con el fin de:
1 - Informar y
promover en la población en general un estilo de vida más saludable que ayude a
prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
2 - Optimizar los resultados médicos y psicológicos en pacientes cardíacos.
3 - Estimular la configuración de redes de apoyo social para los pacientes.
2 - Optimizar los resultados médicos y psicológicos en pacientes cardíacos.
3 - Estimular la configuración de redes de apoyo social para los pacientes.
La psicología
de la salud ha puesto claramente de manifiesto la importancia de las variables
psicológicas en el desarrollo de las enfermedades y su recuperación, otorgando,
también, un lugar no poco importante a la integración social de los pacientes.
Resulta
evidente que un paciente cardíaco puede presentar diferentes factores de riesgo
psicosociales que pacientes de otras enfermedades, como el cáncer, el asma o la
insuficiencia renal. Incluso la incidencia de un mismo factor puede variar su
grado de importancia en las diferentes patologías. Estos factores están asociados
con la salud psicológica del individuo, tanto premórbida como posterior al
evento cardíaco y su impacto emocional.
Los chinos
fueron los primeros en reconocer la importancia de la relación entre psiquis y
cuerpo. Huang Ti, el “Emperador Amarillo” señaló que:
“Cuando las mentes están cerradas y la sabiduría se traba, uno puede quedar ligado a la enfermedad.”1
“Cuando las mentes están cerradas y la sabiduría se traba, uno puede quedar ligado a la enfermedad.”1
Incluso
podríamos señalar ya en William Harvey una vinculación entre la mente y el
corazón:
“Un disturbio mental provoca dolor, alegría excesiva, esperanza o ansiedad, que se extiende al corazón, donde afecta el humor y la relación”2
“Un disturbio mental provoca dolor, alegría excesiva, esperanza o ansiedad, que se extiende al corazón, donde afecta el humor y la relación”2
Hoy en día, es
bastante obvia la existencia de profundas conexiones entre las emociones de un
individuo y sus reacciones físicas. Ya desde las primeras décadas del siglo XX
se observaron y establecieron seguimientos en pacientes cardíacos con el
objetivo de vincular la patología con ciertos factores de riesgo psicológicos.
En 1910,
William Osler definió al enfermo cardiovascular como un individuo preocupado.
También pudo verificar, en algunos casos, la presencia de falta de interés por
las tareas que desempeñaban.Menninger (1936) y Dumbar (1943) reconocieron en
los sujetos cardíacos una fuerte tendencia a reprimir la ira. Dumbar identifica
como rasgos característicos de un paciente cardíaco:
- Antecedentes
importantes de enfermedad
- Alta frecuencia de matrimonios
- Procedencia de grandes familias
- Perseverancia en el trabajo
- Trabajo realizado bajo tensión y esfuerzo, por largas horas y sin descanso
- Ausencia de pasatiempos
- Poco interés en los deportes
- Alto interés por las actividades intelectuales
- Infancia con presencia de:
- Testarudez, obstinación y cavilación
- Relaciones competitivas tempranas con un padre temido y envidiado
- Imposibilidad para percibir el éxito como alivio de tensión y recompensa
- Alta frecuencia de matrimonios
- Procedencia de grandes familias
- Perseverancia en el trabajo
- Trabajo realizado bajo tensión y esfuerzo, por largas horas y sin descanso
- Ausencia de pasatiempos
- Poco interés en los deportes
- Alto interés por las actividades intelectuales
- Infancia con presencia de:
- Testarudez, obstinación y cavilación
- Relaciones competitivas tempranas con un padre temido y envidiado
- Imposibilidad para percibir el éxito como alivio de tensión y recompensa
Para la misma
época, Weiss vinculó la hipertensión arterial con la hostilidad reprimida.
Incluso llega a utilizar el término ‘neurosis cardíaca’ para referirse a la
ansiedad.
Arlow (1945) registró que sus pacientes cardíacos presentaban una fuerte tendencia a dominar a sus pares e igualar a sus superiores.
Pero, el estudio que abre paso a una investigación más detenida sobre la incidencia de factores de riesgo psicológicos en la enfermedad coronaria fue el realizado en 1959 por los cardiólogos Friedman y Rosenman. Estas investigaciones dieron como resultado la formulación de un Patrón de comportamiento asociado a los trastornos cardiovasculares, que se denominó Patrón de conducta tipo A.
Sobre este modelo de comportamiento se han hecho numerosos estudios, bajo diferentes enfoques, pero, en términos generales puede definírselo bajo los siguientes rasgos:
Arlow (1945) registró que sus pacientes cardíacos presentaban una fuerte tendencia a dominar a sus pares e igualar a sus superiores.
Pero, el estudio que abre paso a una investigación más detenida sobre la incidencia de factores de riesgo psicológicos en la enfermedad coronaria fue el realizado en 1959 por los cardiólogos Friedman y Rosenman. Estas investigaciones dieron como resultado la formulación de un Patrón de comportamiento asociado a los trastornos cardiovasculares, que se denominó Patrón de conducta tipo A.
Sobre este modelo de comportamiento se han hecho numerosos estudios, bajo diferentes enfoques, pero, en términos generales puede definírselo bajo los siguientes rasgos:
- Impaciencia
acentuada
- Competitividad y orientación al logro
- Baja tolerancia a la frustración
- Hostilidad·Hiperactividad
- Control
- Competitividad y orientación al logro
- Baja tolerancia a la frustración
- Hostilidad·Hiperactividad
- Control
Desde los
primeros trabajos, la hostilidad ha sido considerada componente tóxico pero
esencial del tipo A, y de modo particular ha llamado la atención de los
investigadores en las últimas décadas. Los estudios realizados han reflotado la
tesis de que los individuos hostiles son más propensos a desarrollar
enfermedades cardiovasculares. Asimismo, se ha establecido que las situaciones
de ira precipitan los eventos cardíacos.
También el estrés negativo ha sido objeto de investigaciones que lo vinculan con la patología coronaria. Dicho estrés actuaría como desencadenante , de modo activo y agudo, de episodios cardíacos, en la medida en que influye en las funciones somáticas volviendo al organismo más vulnerable a la enfermedad.
También el estrés negativo ha sido objeto de investigaciones que lo vinculan con la patología coronaria. Dicho estrés actuaría como desencadenante , de modo activo y agudo, de episodios cardíacos, en la medida en que influye en las funciones somáticas volviendo al organismo más vulnerable a la enfermedad.
2 Fisher,
Heart and Mind, p.
Por último, en la década del ’90 Denollet y Brutsaert (1997/98) han propuesto un nuevo tipo de personalidad vinculada a las patologías cardíacas: la personalidad de distrés o tipo D. Este patrón de personalidad se definiría, básicamente, a partir de una afectividad negativa y de la inhibición social.
Por último, en la década del ’90 Denollet y Brutsaert (1997/98) han propuesto un nuevo tipo de personalidad vinculada a las patologías cardíacas: la personalidad de distrés o tipo D. Este patrón de personalidad se definiría, básicamente, a partir de una afectividad negativa y de la inhibición social.
La salud
psicológica no sólo es importante para la prevención del desarrollo y
desencadenamiento de la enfermedad cardiovascular. Posteriormente a la
ocurrencia de un episodio coronario, la salud psicológica incide en la
rehabilitación del paciente y aleja la repetición de nuevos eventos. Junto a la
imprescindible intervención cardiológica, una adecuada ayuda psicológica
permite:
1 - Superar el
impacto emocional provocado por el evento cardíaco
2 - Modificar hábitos de comportamiento nocivos
3 - Reintegrarse a sus actividades sociales positivas: relaciones familiares y afectivas, trabajo, sexualidad.
2 - Modificar hábitos de comportamiento nocivos
3 - Reintegrarse a sus actividades sociales positivas: relaciones familiares y afectivas, trabajo, sexualidad.
Finalmente, la
psicocardiología, al reunir cardiólogos y psicólogos en un trabajo común,
combate la deshumanización de los sistemas médicos, ayudando a la formación de
profesionales con una visión más integral del paciente cardíaco, permitiendo
una comunicación más fluida entre ambos, y actuando así, no sólo desde la
eficacia de un tratamiento médico, sino promoviendoestrategias que, en cada
caso, tengan en cuenta las necesidades psicosociales del individuo afectado.
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BIBLIOGRAFIA:
ARLOW, J.A., “Identification mechanisms in coronary occlusions”, en Psychosom Med, 1945, 7: 195-209.
DEMBROSKI, T.M. Y COL., “Components of hostility as predictors of sudden death and myocardial infarction in the multiple risk factor intervention trial”, en Psychosomatic Medicine, 1989, 51: 514-522.
DENOLLET, J. Y BRUTSAERT, D.L., “Personality, Disease Severity, and the Risk of long-term Cardiac Events in Patients With a Decreased Ejection Fraction After Myocardial Infarction”, en Circulation , 1997/8, 97:167-173.
DUMBAR, F., Psychosomatic Diagnosis, New York, Hoeber and Harper, 1943.
FISHER, J., “Is There a Need for Cardiac Psychology? The View of a Practicing Cardiologist”, en Heart and Mind, Allan y Scheidt (ed.) American Psychological Association. Washington, 1998.
FRIEDMAN, M. Y ROSENMAN, R.H., “Association of specific overt behavior pattern wicht increases in blood cholesterol, blood clotting time, incidence of arcus senilis and clinical coronary heart disease”, en JAMA, 1959, 169: 1286.
LAHAM, M., “Estudio comparativo sobre factores de riesgo psicológico en cardíacos y pacientes de otras enfermedades” (inédito)
LAHAM, M., Psicocardiología . (En prensa).
MONAT, A. Y LAZARUS, R.S.(eds.), Stress and coping: An Anthology, 3ª ed., New York, Columbia University Press, 1991.
OSLER, W., “The Lumleian lectures on angina pectoris. Delivered before the Royal College of Physicians of London”, en Lancet, 1910, 1: 839-844. 1 Fisher, Heart and Mind, p. 2 Fisher, Heart and Mind, p.
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