Ana Lucía Lutterbach Holck 1
Un texto post-analítico, donde la
autora pone en juego la función del semblante en relación a lo femenino, a
partir de su propio testimonio del pase. El concepto de semblante es examinado
en relación al Sujeto Supuesto Saber, al objeto a, y por último, en
relación con lo femenino, que permite ocupar la posición de semblante de objeto
en el discurso analítico.
El año pasado me dediqué al
testimonio del pase, ahora intento extraer las consecuencias de esa experiencia
al explorar la posición del analista y su relación con lo femenino en el final
de análisis.
Lacan afirma, en diversos pasajes
de su enseñanza, que las mujeres analistas son las mejores [2] y en la
conferencia sobre el tema de las Jornadas de la ECF, Miller comenta[3]:
"Lacan dice que las mujeres
son psicoanalistas innatas y eso se prueba por el hecho de que ellas, al final
de un análisis, se hacen causa del deseo del otro. Por eso la posición del
analista es por excelencia una posición femenina y es por eso, también, que no
hay El psicoanalista, como no existe La mujer. Existen psicoanalistas uno por
uno, como testimonia la experiencia del pase".
Esta observación permite algunas
precisiones: primero, al decir que no se trata de La mujer, sino de la afinidad
entre la posición del analista y lo femenino que, a pesar de todo, no es un
privilegio de la mujer, como demuestra la propia histeria. Después, al relacionar
tal afinidad con el final del análisis, cuando ella puede hacerse causa de
deseo del otro.
SEMBLANTE:
En francés, el término
"semblant" forma parte del discurso corriente. El propio Lacan [4] lo
eleva a la dignidad de concepto al recogerlo de la boca de su nieta, cuando
ésta intentaba hacer la distinción entre lo que "era de verdad y lo que
era de semblante".
Entre nosotros podríamos
encontrar un niño frente al mismo impasse, pero, difícilmente, formulado en
estos términos. En portugués, el uso habitual de semblante es en el
sentido de rostro, cara. En el diccionario, encontramos el sentido de
apariencia, fisonomía, aspecto. En tanto, Miller nos enseña, con Lacan, que
semblante tiene relación con la apariencia pero no coincide con ésta, tampoco
es simulacro, ni mentira o falsedad, ni artefacto; se aproxima más al parecer.
En el Seminario 18, Lacan dice
que la naturaleza está repleta de semblantes, los meteoros. Apariciones
brillantes y efímeras, como el arco iris, gotículas de agua suspendidas y
coloreadas con los colores del espectro solar, que aparecen en el cielo como un
arco multicolor inaprehensible
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