16 de septiembre | Ginebra - La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha difundido hoy los datos más recientes que demuestran que las intervenciones de salud pública y los programas sociales permiten efectivamente promover la salud mental y prevenir los trastornos mentales y de la conducta. Los datos se publican en dos nuevos informes que son el resultado de un estudio internacional de dos años de duración.
Las enfermedades mentales y los trastornos de la conducta son un problema cada vez mayor que según se calcula afecta a una de cada cuatro personas a lo largo de su vida. Los informes muestran que la adopción de estrategias destinadas a mejorar la salud mental de la población es una posibilidad real no sólo para el sector de la salud, sino también para otros sectores como son los de la atención infantil, la educación, el trabajo y la vivienda. Esas estrategias, como muchas otras, también pueden prevenir la aparición de trastornos mentales entre las personas que se encuentran en situaciones de alto riesgo, se señala en los informes.
«Teniendo en cuenta que los trastornos mentales son la causa de una parte importante y cada vez mayor de la carga total de morbilidad y que el tratamiento de esos trastornos tiene muchas limitaciones, la prevención es la alternativa más eficaz para controlar ese problema en aumento», afirma la Dra. Catherine Le Galès-Camus, Subdirectora General de la OMS para Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental. «Lamentablemente, los planificadores y los profesionales de la salud suelen estar demasiado preocupados por los problemas inmediatos de quienes ya sufren una enfermedad para poder prestar atención a las necesidades de los que parecen estar ‘bien’. Es necesario intervenir antes, cuando las personas aún no han desarrollado el problema. La sólida evidencia aportada por estos informes avala el funcionamiento de la prevención de los trastornos mentales y la promoción de la salud mental en nuestros sistemas de salud.»
La evidencia ha sido reunida por algunos de los investigadores más importantes en esa esfera, tanto de países desarrollados como de países en desarrollo. Los informes muestran, por ejemplo, que los programas psicosociales basados en las escuelas pueden reducir la prevalencia de los trastornos de la conducta y los relacionados con el abuso de sustancias. Un apoyo social y económico oportuno también previene problemas mentales y psicológicos en las comunidades expuestas a conflictos y desastres. La pronta identificación de los trastornos mentales graves permite instaurar un tratamiento más eficaz y completo. Además, la mejora de la nutrición, el mayor acceso a la educación, el cuidado de la calidad del ambiente y la vivienda, y el fortalecimiento de las redes comunitarias pueden mejorar la salud mental de las poblaciones.
Hay que evitar que «la búsqueda de nuevas pruebas de la eficacia y la costoeficacia se convierta en un pretexto para no implementar con la urgencia requerida unas políticas sociales y de salud directamente dirigidas a la prevención de los trastornos mentales y la promoción de la salud mental», ha señalado el Dr. Benedetto Saraceno, Director del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS.
Rosalynn Carter, Presidenta Honoraria de la conferencia bienal, ha presentado hoy los nuevos informes en Auckland (Nueva Zelandia) en el marco de una conferencia científica, la Tercera Conferencia Mundial sobre la Promoción de la Salud Mental y la Prevención de los Trastornos Mentales y de la Conducta.
«En estos importantes informes se reconoce que la prevención de los trastornos mentales y la promoción de la salud mental son fundamentales para reducir la carga de esas enfermedades y ayudar a las personas a desarrollar todo su potencial», ha dicho la Sra. Carter
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