La teoría del afrontamiento del
estrés de Lazarus y los moldes cognitivos
María del Mar de Vera Estévez
Alumna del Curso de Doctorado
Enriquecimiento Intelectual y Socioafectivo
Módulo II: Moldes Cognitivos y Bienestar Subjetivo
Alumna del Curso de Doctorado
Enriquecimiento Intelectual y Socioafectivo
Módulo II: Moldes Cognitivos y Bienestar Subjetivo
El objetivo de este artículo es
sintetizar y reflexionar sobre algunas ideas de la teoría de del
afrontamiento del estrés de Lazarus y los moldes cognitivo afectivos, expuesto
por Pedro Hernández especialmente en su libro “Los Moldes de la Mente: Más allá
de la Inteligencia Emocional” (2002).
¿Qué es lo que diferencia a los
moldes mentales de P. Hernández de las estrategias de afrontamiento de Lazarus?
En principio hay que decir que
difícilmente las estrategias de estrés predicen el rendimiento en
matemáticas, el éxito en ajedrez, la felicidad personal o la adaptación
social como hacen los moldes mentales, según distintas investigaciones llevadas
a cabo por P. Hernández y su equipo (Hernández, 2002).
El estrés en Lazarus
Lazarus y Folkman (1986) definen
el concepto de ESTRÉS refiriéndose a las interrelaciones que se producen entre
la persona y su contexto, en el que está inserto. El estrés se produce cuando
la persona valora lo que sucede como algo que supera los recursos con los que
cuenta y pone en peligro su bienestar personal. Por medio se encuentra la
evaluación cognitiva que realiza el sujeto; pero además, tiene en cuenta el
elemento emocional que conlleva esta situación.
Más adelante, este autor nos
aporta un nuevo concepto, el AFRONTAMIENTO DEL ESTRÉS. Lo que plantea Lazarus
es que ante situaciones estresantes, las personas despliegan unos “esfuerzos
cognitivos y conductuales cambiantes que se desarrollan para manejar las
demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o
desbordantes de los recursos del individuo” (Lazarus y Folkman, 1986, p.164).
Estos mecanismos de afrontamiento, a la vez que sirven para manipular el
problema en sí, son esenciales para regular las respuestas emocionales que
pueden aparecer ante circunstancias estresantes.
Según el autor, cada persona
tiene una manera determinada de afrontar el estrés. Son muchos los factores que
pueden llegar a determinar los mecanismos de afrontamiento. Por un lado, puede
estar influenciado por recursos relacionados con el estado de salud o con la
energía física con la que se cuenta; pero también entran en juego otros
factores como las creencias existenciales que se tengan, religiosas o no; las
creencias generales relativas al control que podemos ejercer sobre el medio y
sobre nosotros mismos; el aspecto motivacional también puede favorecer el
afrontamiento, así como las capacidades para la resolución de problemas o las
habilidades sociales; además, Lazarus añade el apoyo social y los recursos
materiales como otros factores que hay que tener presentes (Lazarus y Folkman,
1986).
Estilos y estrategias de afrontamiento
Pero, ¿cómo se concreta el
afrontamiento del estrés? Cuando hablamos de afrontamiento del estrés podríamos
referirnos tanto a los estilos como a las estrategias de afrontamiento, aunque
éstos no son conceptos equiparables. Por una parte, están los estilos de
afrontamiento, que son las predisposiciones personales para hacer frente a las
situaciones siendo los responsables de las preferencias individuales en el uso
de uno u otros tipos de extrategias de afrontamiento, así como de su
estabilidad temporal y situacional. En cambio, el término de estrategias de
afrontamiento hace alusión a los procesos concretos que se utilizan en cada
contexto y que pueden ser altamente cambiantes dependiendo de las condiciones
que se den en cada momento.
Para hacernos una idea más
cercana, podemos decir que los estilos de afrontamiento serían, siguiendo a
Fernández-Abascal, según el método utilizado, estilos activo, pasivo y de
evitación; según la focalización, estilos de focalización en la respuesta, en
el problema o en la emoción; y según la actividad, estilos centrados en la
actividad cognitiva o en la actividad conductual.
A la hora de especificar las
estrategias de afrontamiento, debemos acercarnos a las diferentes
investigaciones realizadas en este campo, ya que dichas estrategias van a
variar dependiendo de las escalas utilizadas en dichas investigaciones y de los
resultados encontrados.
Escalas e inventarios
Fernández-Abascal, en 1997,
realizó un exhaustivo estudio de diversas escalas e inventarios de estrategias
de afrontamiento o de coping, donde concluyó y unificó en la Escala de Estilos
y Estrategias de Afrontamiento los estilos y estrategias más importantes y que
se recogían, como ya he comentado, en los trabajos de diferentes autores. Estas
18 estrategias de coping son: reevaluación positiva, reacción depresiva,
negación, planificación, conformismo, desconexión cognitiva, desarrollo
personal, control emocional, distanciamiento, supresión de actividades
distractoras, refrenar el afrontamento, evitar el afrontamiento, resolver el
problema, apoyo social al problema, desconexión comportamental, expresión
emocional, apoyo social emocional y respuesta paliativa. (Martín, Jiménez y
Fernández-Abascal).
Otro ejemplo es la Escala de
Estrategias de Coping que Sandín y Chorot realizaron en 1991. Este cuestionario
está formado por nueve subescalas, de seis ítems cada una, que explican el modo
en que las personas manejan el estrés. En ella encontramos las siguientes
estrategias de afrontamiento: focalización en la situación o problemas,
autofocalización negativa, autocontrol, reestructuración cognitiva, expresión
emocional abierta, evitación, búsqueda de apoyo social, apoyo en la religión y
búsqueda de apoyo profesional. (Mochales y Gutiérrez).
Los Moldes Mentales
A partir de aquí debemos pararnos
a vislumbrar la relación entre esta teoría del afrontamiento de estrés y los
moldes de la mente. Recordemos primero que Pedro Hernández (2002) define los
MOLDES COGNITIVOS como “estrategias habituales y peculiares que cada persona
muestra en el modo de enfocar, de reaccionar o de interpretar la realidad en
situaciones de egoimplicación” (pp. 104-105).
Lo que esta definición nos sugiere
es que, en primer lugar, en ambos casos se ponen en juego estrategias enfocadas
a manejar la realidad y las situaciones que en ella se dan. Además, como
segundo elemento, existe una evaluación cognitiva, pero también una evaluación
afectiva. Este elemento evaluativo tiene matices diferentes según hablemos de
moldes o de estrategias de coping.
En cuanto a los moldes, es
básicamente una evaluación más cognitiva-afectiva; a diferencia de la
evaluación de las estrategias que, aunque también tienen un componente
afectivo, es mayoritariamente conductual. La realidad, sean situaciones de
estrés o no, genera en las personas diferentes emociones. Si en concreto son
estresantes, la evaluación cognitiva llevará aparejada una serie de emociones
determinadas, ya sean de amenaza, de miedo, de preocupación,... La manera de
enfrentarnos a esas situaciones (de utilizar unas estrategias de afrontamiento
determinadas) estará en estrecha vinculación con dicha evaluación.
Pero estas estrategias de
adaptación, de interpretación, de enfrentamiento con la realidad , en
particular, con las situaciones de estrés, no siempre se realizan de la manera
más adecuada, ya que por medio pueden estar interfiriendo, según Lazarus,
estrategias de afrontamiento inadecuadas para solucionar los problemas y
alcanzar el bienestar personal.
Estrategias de coping y moldes
cognitivos no son conceptos a utilizar indistintamente, aunque puedan estar
relacionados. Cuando hablamos de moldes mentales no sólo nos referimos a
situaciones estresantes. Los moldes, a diferencia de las estrategias de
afrontamiento del estrés, se usan en todos los momentos de la vida,
independientemente de que sean situaciones negativas o positivas, podríamos
caracterizarlos como genéricos.
Pero además, los moldes deben
tener consistencia en las maneras de interpretar las situaciones de las
personas a lo largo del tiempo, y la estrategia no tiene por qué seguir este
patrón de estabilidad, puede ser más variable, según nos influyan diferentes
elementos; aún cuando Lazarus también usa un sistema temporal en la elaboración
del inventario de estrategias.
Podríamos decir, entonces, que
los moldes cognitivos serían un recurso esencial para afrontar el estrés. Pero
recordemos que sólo serán buenas estrategias si los moldes que se usan son los
adecuados. Precisamente, un molde cognitivo inapropiado se puede convertir en
una barrera para afrontar con éxito situaciones estresantes.
O lo que es lo mismo, los moldes
cognitivos van más allá de las estrategias de coping, ya que pueden ser generadoras
o atenuadoras del estrés; lo entenderíamos como un potencial interno que va a
estar influenciando nuestra manera de ser y de relacionarnos. A su vez, el
molde modela la estrategia de afrontamiento, por lo cual, podríamos afirmar que
dicha estrategia está apoyada o fundamentada en el propio molde.
Ilustración entre estrategia de coping y molde
mental
Veamos el siguiente ejemplo:
Fermín es un chico que está
implicado en muchísimos proyectos personales y profesionales. Acaba de abrir su
propio negocio, un ciber-café, al que debe dedicar muchas horas si quiere
mantenerse en este campo. Pero además tiene planificado acabar este año la
carrera, está terminando Informática, ya sólo le quedan cinco asignaturas. Su
grupo de música, del que forma parte hace muchos años, ha conseguido por fin
meterse en los bares de música en vivo de su ciudad, pero esto también le
acarrea muchos más compromisos, pues ya han firmado su primer contrato para
tocar en directo todos los fines de semana.
Fermín ha llegado a una situación,
según él, “desesperante”, se siente muy agobiado y estresado, no puede con
todo.
Situación Estresante: La historia de Fermín
(moldes y estrategias situacionales)
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Molde Inadecuado
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Evaluación Selectiva
Negativa: Fermín siente
que no puede disfrutar del tiempo de ocio con sus amigos, ni con su
pareja; tendrá que dejar de lado muchas cosas que le gusta hacer, a pesar de
que éste es el sueño de su vida.Ésta es una reacción habitual que suele
tener ante las situaciones que vive a diario.
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Molde Adecuado
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Transformación
rentabilizadora: A pesar del
esfuerzo que le va a suponer, piensa en sacarle el mayor partido a esta nueva
situación, dándole la vuelta a los problemas que puedan surgir y disfrutando
mucho de todo el proceso y de las nuevas experiencias. Ésta es una
reacción habitual que suele tener ante la situaciones que vive a diario.
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Estrategia Inadecuada
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Evitación: Ha decidido no dedicarle mucho tiempo a
pensar en cómo solucionar esta situación concreta que está viviendo. No tocar
el tema quizás le venga bien para no sentirse tan mal. Esta decisión
afecta sólo a este problema, pero si es habitual, estamos ante un molde deOblicuidad
cognitiva
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Estrategia Adecuado
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Precisión y supervisión: Se ha sentado a hacer una lista con
todo lo que tiene que hacer, dedicando un tiempo específico a cada tarea y
dejando tiempo libre para su descanso y ocio. Lo ha dejado por escrito y en
un sitio visible para que le ayude a superar este momento de una manera más
cómoda para él. Esta decisión afecta sólo a este problema, pero si
es habitual, estamos ante un molde de Precisión y supervisión:
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Como vemos, son diferentes las
maneras en que podemos enfrentarnos a los problemas, a las situaciones que nos
generan estrés. Moldes y estrategias nos permitirán dicho afrontamiento de una
manera más o menos adecuada, según nos situemos en un polo más positivo o más
negativo. Pero siempre teniendo en cuenta que el alcance de los moldes de la
mente supera al de las estrategias de coping, pues los primeros suponen un
posicionamiento ante la vida en general y no sólo ante un problema en
particular.
Conclusión
Las estrategias que utilicemos
para afrontar el estrés son definitivas para su superación y para nuestro
bienestar. Ahora bien, esas estrategias están mediatizadas por nuestros moldes
mentales habituales. Es más, la generación de mayor o menor número de situaciones
estresantes está influenciada por cuales sea nuestros molde
cognitivo-afectivos, que vienen a ser como un conjunto de estrategias o hábitos
mentales perteneciente a la inteligencia emocional.
Referencias Bibliográficas
·
Hernández
Hernández, P. (2002): Los moldes de la mente. Más allá de la inteligencia. La
Laguna: Tafor Publicaciones.
·
Lazarus,
R. y Folkman, S. (1986): Estrés y procesos cognitivos. Barcelona: Ediciones
Martínez Roca.
·
Martín,
M.J. ; Jiménez, M.P. y Fernández Abascal, E.: Estudio sobre la escala de
estilos y estrategias de afrontamiento (E3A). Revista Electrónica de Motivación
y Emoción. Vol 3, Nº 4. Extraído el 10 de marzo, 2005, dehttp://reme.uji.es/articulos/agarce4960806100/texto/html
·
Mochales,
S. y Gutiérrez, M: Estrategias de afrontamiento del estrés en un grupo de
personas en proceso de reinserción social. Extraído el 10 de marzo, 2005, de http://www.cop.es/colegiados/ca00088/pag10.htm
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