DESIGUALDAD DE GENERO EN SALUD MENTAL (O.M.S)
Desigualdades entre los géneros y salud mental: datos
Las enfermedades mentales se asocian con una carga significativa de morbilidad y discapacidad.
Los casos en los que cualquier tipo de trastorno psicológico prevalece a lo largo de toda la vida son más numerosos de lo que antes se estimaba, están aumentando en grupos recientes y afectan casi a la mitad de la población.
A pesar de ser comunes, en muchos casos las enfermedades mentales no llegan a ser diagnosticadas por los médicos. Los médicos identifican a menos de la mitad de aquellas personas que reúnen los criterios necesarios para que les sea diagnosticado un trastorno psicológico.
Además, los pacientes se muestran reacios a solicitar ayuda profesional. Sólo 2 de cada 5 personas que padecen un trastorno del estado de ánimo, ansiedad o consumo de sustancias solicitaron ayuda en el año en que comenzó el trastorno
Los índices generales de trastornos psiquiátricos son casi idénticos entre hombres y mujeres pero en las características de las enfermedades mentales aparecen diferencias de género asombrosas.
¿Por qué el género?
El género determina de manera fundamental la salud mental y las enfermedades mentales. Se ha prestado más atención a la morbilidad asociada con las enfermedades mentales que a los determinantes específicos de cada género y a los mecanismos que promueven y protegen la salud mental y fomentan la resistencia al estrés y a la adversidad.
El género determina el poder diferencial y el control que los hombres y las mujeres tienen sobre los determinantes socioeconómicos de sus vidas y salud mental, su posición y condición social, el modo en que son tratados dentro de la sociedad y su susceptibilidad y exposición a riesgos específicos para la salud mental.
Las diferencias de género aparecen en particular en las estadísticas de trastornos mentales comunes (depresión, ansiedad y quejas somáticas). Estos trastornos, que predominan en las mujeres, afectan aproximadamente a 1 de cada 3 personas en la comunidad y constituyen un serio problema para la salud pública.
La depresión unipolar, que, según las predicciones, será la segunda causa de carga de discapacidad mundial en 2020, es dos veces más común entre las mujeres.
La depresión no sólo es el problema de salud mental más común en las mujeres sino que además puede ser más persistente en las mujeres que en los hombres. Es necesario realizar más investigaciones al respecto.
Reducir el excesivo número de mujeres que sufren depresión contribuiría de manera significativa a disminuir la carga mundial de discapacidad causada por trastornos psicológicos.
El número de casos en que la dependencia al alcohol, otro trastorno común, prevalece durante toda la vida es más de dos veces superior entre los hombres que entre las mujeres. En los países desarrollados, aproximadamente 1 de cada 5 hombres y 1 de cada 12 mujeres adquiere dependencia al alcohol durante su vida.
Además, las posibilidades de que a los hombres les sea diagnosticado un trastorno de personalidad antisocial son tres veces mayores que las de las mujeres.
No existen diferencias de género destacables en relación a los casos de trastornos mentales severos como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, que afectan a menos del 2% de la población.
Se han señalado diferencias de género en cuanto a la edad en que aparecen los síntomas, la frecuencia de los síntomas psicóticos, el desarrollo de estos trastornos, el ajuste social y las consecuencias a largo plazo.
La discapacidad relacionada con las enfermedades mentales afecta en mayor grado a aquellos que sufren tres o más trastornos asociados. De nuevo, las mujeres predominan.
Factores de riesgo específicos del género
La depresión, la ansiedad, los síntomas somáticos y las altas tasas de comorbilidad están significativamente asociados con los factores de riesgo que están interrelacionados y aparecen unidos, como las funciones asignadas por razón de sexo, los factores de perturbación y las experiencias y acontecimientos negativos.
Los factores de riesgo específicos del género que influyen en los trastornos mentales comunes que afectan de manera desproporcionada a las mujeres incluyen la violencia de género, las carencias socioeconómicas, el salario bajo y la desigualdad en los ingresos, la condición y rango social bajo o subordinado y la continua responsabilidad del cuidado de otros.
El alto grado de violencia sexual al que las mujeres están expuestas y la correspondiente elevada tasa de estrés postraumático que aparece tras sufrir esta violencia convierte a las mujeres en el mayor grupo de personas afectadas por este trastorno.
No se ha investigado adecuadamente el grado en que la adversidad psicosocial acumulativa afecta a la salud mental a largo plazo.
La reestructuración tiene un efecto específico de género en la salud mental.
Las políticas económicas y sociales que producen cambios en los ingresos, el empleo y el capital social de manera repentina, perjudicial y seria y que no se pueden controlar o evitar aumentan significativamente la desigualdad de género y las tasas de trastornos mentales comunes.
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