Cada vez, es más evidente el incremento de embarazos en adolescentes que está sucediendo en nuestro país, sin distinción de razas ni clases socieconómicas. Y la pregunta que me viene a la mente es demasiado simple para las múltiples respuestas y variables que pueden incidir en esta difícil realidad. ¿Por qué está incrementando tanto la maternidad adolescente?
Variables que van desde la soledad, el desamparo, la falta de estructura familiar, los anti-valores, la violencia, la carencia de una buena autoestima, la ingenuidad, la falta de una comunicación cercana y sincera, el pensar que un hijo hará que la pareja responda por su vida, las hormonas en ebullición, etc.
Sin embargo, creo que estamos sufriendo una depresión masiva que nos quiere secuestrar el ánimo, los sueños productivos y sobre todo el creer en nosotros mismos como individuos, como sociedad y como empresas.
Si bien existen importantes organizaciones que trabajan en pro de evitar el sida, que promueven valores sociales, entre otros, debe haber un importante movimiento que se dedique a conscientizar a los jóvenes de su alto potencial para lograr lo que se propongan, sin importar los obstáculos o escenarios de limitación que puedan estar rodeándolos.
Es importante que la juventud de clases menos favorecidas, quieran hacer de su vida algo digno de compartir y que su expectativa de vida sea más allá de los 28 años.
También es importante que los jóvenes de clases más favorecidas, sepan que el camino para concretar una vida útil y dichosa está en el foco que ellos pongan en prepararse académicamente, en practicar deportes, en tener una actitud positiva y emprendedora, en valorar su salud y prevenir todo aquello que ya están al tanto; puede hacerles muy duro su crecimiento y desarrollo personal.
Es hora de aclararle a nuestra juventud que ni las drogas, la política, la prostitución, ni el malandraje son vías que lleven a un destino cierto en donde puedan sentirse plenos y generar nuevas oportunidades. Su futuro dependerá de lo que ellos a tan corta edad puedan ir visualizando, como formas constructivas para lograr sus sueños.
Es hora de decirle a nuestras jóvenes, que su futuro no depende de una pareja que supuestamente se haga cargo de ellas por quedar embarazadas, que no es necesario repetir las historias de sus madres y abuelas, que ellas tienen el chance y el derecho de hacerlo diferente y mejor. Que existen miles de ejemplos de mujeres valiosas que han hecho de sus vidas y la de los suyos un legado a seguir.
Es momento que valoren sus capacidades y que se les apoye a crear un futuro digno, lleno de aprendizaje, expansión y de logros concretos gracias a su decisión y constancia.
El futuro de este país, hay que regenerarlo para que se proyecte a través de seres humanos que valoren sus vidas, tengan un proyecto inspirador a concretar, que tengan fe en sí mismos, con una memte y un criterio y capacidad de análisis, que les permita hacer de este país una nación libre y en desarrollo.
Demósle a la juventud alas fuertes para que levanten el vuelo necesario y no permitamos que se caigan al foso por no tener criterio, o una capacidad emocional tan baja que dependan de la limosna de los menos aptos.
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